
Un día antes de su cumpleaños, compartió todos los regalos que le llegaron a su casa. En su patio tenía unas letras gigantes y rosas que decían: “HBD Kylie” y publicó los dos inmensos arreglos de flores que le mandaron. El primero era una bola gigante repleta de girasoles.

Y el segundo, uno inspirado en el arte de Takashi Murakami.
