Hablar de vino es cosa seria, pero tampoco tiene por qué ser aburrido; al contrario, es para disfrutarlo y divertirse (con moderación, claro). En Francia, el vino es parte de la cultura, y si bien es un mito que los franceses toman una copa de vino con cada comida o que es más barato que el agua (ojalá), sí es cierto que este país tiene las credenciales para reinventar el formato en que lo consumimos.
Para todos aquellos que alguna vez han hecho un picnic y olvidado el destapador, quien en la fiesta ha improvisado abrir una botella con un cuchillo o cualquier instrumento punzocortante, o simplemente quien deseaba tener una caminera en camino al antro, Canetta pensó en ustedes. El concepto es muy sencillo, una lata equivale a una copa y media de vino, y cuatro es igual a una botella completa.