Dicen que nadie llega a tu vida por casualidad. Cada una de las personas con las que nos topamos viene a enseñarnos algo. Tenemos que dejar la puerta abierta para que entren a nuestra vida, pero eso no quiere decir que se tengan que quedar… Y que algo no funcione tampoco quiere decir que haya sido un fracaso.
Si algo tenemos que aprender –tarde o temprano, por las buenas o por las malas– es a soltar y a dejar ir. En las relaciones eso significa que debemos aceptar que cuando algo termina, termina. Que es mejor dejarlo y seguir. Aunque mientras escribo esto pienso también –tengo que admitir– que es de las cosas más difíciles.
No importa si fuiste tú quien tomó la decisión de terminar la relación o fue la otra persona, un breakup siempre siempre siempre es un proceso. Y uno no lineal en el que habrá subidas, bajadas y muchas recaídas.