El hecho de que lo más comentado sobre la denuncia del abuso sexual que sufrió Nath Campos es la supuesta "responsabilidad" que ella tuvo, que juzgan a la víctima y señalan a todos, menos al abusador, nos dice lo arraigada que está la misoginia en nuestra sociedad. Tanto que a muchos no les permite empatizar con quien sufrió la violación y prefieren encubrir al violador.
Poner en duda el delito o la dimensión del daño que tuvo, es por sí mismo, un impedimento para las mujeres que buscan tener justicia y sanación. Esta es una sociedad que culpa a la víctima y la revictimiza una y otra vez, mientras ésta trata de superar el abuso que vivió. Justamente esta revictimización es lo que detiene a miles de mujeres de denunciar, e incluso pronunciar en voz alta, el abuso sexual que sufrieron.
Y después cuestionan "¿por qué se tardó tanto en denunciar?", "¿por qué ahorita si fue hace años?".