Publicidad
Publicidad

Culpabilizar a la víctima, un acto más de violencia

Esta revictimización es una de las razones por las que miles de mujeres no denuncian.
mar 26 enero 2021 11:52 AM
feminish.jpg
Ilustración por Sofia Weidner.

El hecho de que lo más comentado sobre la denuncia del abuso sexual que sufrió Nath Campos es la supuesta "responsabilidad" que ella tuvo, que juzgan a la víctima y señalan a todos, menos al abusador, nos dice lo arraigada que está la misoginia en nuestra sociedad. Tanto que a muchos no les permite empatizar con quien sufrió la violación y prefieren encubrir al violador.

Poner en duda el delito o la dimensión del daño que tuvo, es por sí mismo, un impedimento para las mujeres que buscan tener justicia y sanación. Esta es una sociedad que culpa a la víctima y la revictimiza una y otra vez, mientras ésta trata de superar el abuso que vivió. Justamente esta revictimización es lo que detiene a miles de mujeres de denunciar, e incluso pronunciar en voz alta, el abuso sexual que sufrieron.

Y después cuestionan "¿por qué se tardó tanto en denunciar?", "¿por qué ahorita si fue hace años?".

Publicidad

Imagina que vives un abuso sexual, tus amigos saben, pero eligen ignorarlo y minimizarlo durante años y cuando por fin denuncias el abuso que sufriste, inmediatamente comienza una cacería en tu contra. De nuevo, estás en el ciclo de abuso. El violador sigue, va por la vida sin consecuencias porque la credibilidad de un hombre está primero, a ellos ya los respalda un pacto patriarcal . Ellos siempre tienen el beneficio de la duda.

Siempre elige creerle a la víctima. No conoces los años de duelo, el proceso, la angustia, la depresión y todas las crisis que el abuso ha causado en ella. No conoces todo lo que tuvo que superar para sentirse segura de contarle al mundo su caso de abuso. Tan solo para denunciar, tiene que contar y revivir la situación traumática que sufrió.

Publicidad

La victimización secundaria es cuando el sistema, las autoridades, los familiares, los amigos y los medios de comunicación, causan daño a la sobreviviente del abuso, la agreden con juicios y comentarios que reviven la experiencia traumática. La sociedad se enfoca más en la vida privada de la sobreviviente, que en la sanción de los responsables.

Es un hecho que muchas de las denuncias de delitos contra mujeres y niñas no son procesadas debidamente o quedan impunes porque se banaliza y minimiza la violencia y el abuso sexual contra las mujeres. Ya vimos cómo el público prefiere culpar a la víctima del abuso, que señalar al responsable.

Publicidad

Ni la ropa, ni el consumo de drogas o alcohol, ni el horario de salida, ni siquiera alguna idea de "coqueteo", son detonadores de una violación. Nunca son justificación para una penetración sexual no deseada del cuerpo o el tacto no deseado de partes íntimas del cuerpo. "Algunos delincuentes fuerzan el contacto sexual no deseado cuando la víctima se encuentra dormida, inconsciente, bajo la influencia del alcohol/ drogas o físicamente incapacitada", lee uno de las guías para las sobrevivientes de abuso sexual en universidades de Estados Unidos.

Estar borracha no es consentimiento, no es una invitación de una mujer para abusar de ella. El consentimiento NO puede suceder si estás en estado de ebriedad, si estás dormida o no tienes control sobre tu cuerpo, como le sucedió a Nath Campos. Ella misma habla del shock y de cómo su cuerpo no le respondía.

Sobre culpabilizar a la víctima por el abuso que sufrió, viene a mi mente la serie Unbelievable , la cual basada en un caso real, cuenta el caso de una adolescente que denuncia a su violador ante la policía. Pero la cuestionan tantas veces y de forma tan despectiva y abusiva, que termina por desalentarse. Se da por vencida y le dice a los policías lo que quieren escuchar con tal de que dejen de hostigarla y revictimizarla.

Yo prefiero creerle a la víctima. Crear redes de apoyo, acompañarla y buscar espacios para que más mujeres se sientan seguras al denunciar su caso de abuso. Apoyar a la víctima es algo tan humano como sentir empatía. Dejemos de normalizar la violencia contra la mujer y dejemos de culpar a las víctimas de abuso.

Publicidad