Mi nombre es Bárbara Santana y este año fui estudiante del Diploma de RR.PP. , Visual Merchandising y Estilismo en ELLE Education ; además, estudio Diseño Textil. Las herramientas recibidas estos últimos meses sin duda alguna me han servido para entender a mayor profundidad el estilismo como profesión y cómo este puede impactar positivamente la vida de sus clientes.
Creo firmemente que lo que más nos gusta de nuestra ropa, es cómo esta nos hace sentir y se convierte en nuestro cómplice. Nadie olvida el saco con el que va a su primera entrevista de trabajo o el vestido que traía puesto cuando conoció al amor de su vida. Lo más bonito que nos une a nuestro guardarropa, son los recuerdos que añora.
Lo mismo sucede al trabajar en la industria de la moda. Día a día creamos, construimos y compartimos nuevas historias. Este universo lleno de encanto, nos permite utilizar métodos creativos para compartir vivencias con el mundo que nos rodea. Entonces, el trabajo del estilista de moda se vuelve especialmente importante cuando se convierte en el aliado de sus clientes durante esta búsqueda. Un buen stylist puede ayudar a entender que la ropa representa un sin fin de posibilidades que te conducen a sentirte y verte bien.
La profesión de un estilista es apasionante. Esta lleva a entender personalidades, cuerpos, gustos, colores y preferencias; y a su vez, permite comprender la realidad de los clientes. Todas ellas son igual de importantes y válidas al momento de vestir, ya que el estilo es una construcción personal de cada ser humano y este debe de representarlo de forma coherente. Por lo tanto, cada estilista tiene la oportunidad de aportar conocimiento y valor. Cuando un cliente confía en ti para que lo asesores en la construcción de su estilo, de alguna forma te hace parte de su historia. Esto es, probablemente, lo que más me apasiona de esa profesión.