Cuando era adolescente, el novelista francés Marcel Proust (1871-1922) llenó en el “álbum de confesión” de su amiga Antoinette Faure, hija del presidente del futuro Francia, un conjunto de preguntas populares como juego de salón en la era victoriana, que con algunas modificaciones y adiciones, se convirtió en el actual “Cuestionario de Proust” de 35 preguntas.
Aunque Proust no diseñó el cuestionario original, lleva su nombre porque creía él que al responderlo, un individuo revela su naturaleza, dándonos una herramienta útil para realmente conocer a una persona. Sea cual sea el uso que le quieras dar a esta especie de prueba de personalidad, desde romper el hielo hasta ligar , te garantizamos respuestas interesantes y divertidas.