Tal vez sea un tanto cliché, pero en el verano del 2017 me subí a un avión con dirección a Madrid sin saber que al regresar querría cambiar todo aquello que tenía planeado.
Ya todo estaba decidido, al regresar empezaría a trabajar en un despacho jurídico, seguir estudiando Derecho. En cuanto tomé aquel avión de regreso a México me dí cuenta que no todo estaba resuelto, así empezaron las verdaderas decisiones difíciles y las aún más difíciles preguntas: ¿Quién soy y qué quiero hacer? Esas dos interrogantes hicieron que me cuestionara todo, aunque claro, cuando decides cambiar un aspecto tan grande de tu vida como tu carrera profesional, el resto de tu entorno también lo pondrá en duda.