Memes. Parece la palabra de los últimos 5 años. Nos reímos de ellos, los compartimos con frecuencia y, es más, incorporamos su narrativa a nuestras conversaciones de la vida cotidiana. “Yo en el amor,” por ejemplo. Sin embargo, en estos microrrelatos llenos de humor se esconde una contradicción: muchos de ellos manifiestan un estado de ánimo depresivo. Bastará con scrollear nuestro feed de redes sociales para encontrarnos con varios ejemplos. En el fondo, los temas recurrentes de esta forma de comunicarnos son la soledad, la imposibilidad del amor, la frustración del éxito profesional, el caos laboral y la falta de vida social. Sí, de momento estas expresiones son motores de la risa pero, quizá, valdría la pena detenernos un momento a pensar ¿qué es lo que dice de nosotros como generación?
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Sad Millennials
Según datos de la Asociación mexicana de internet , el 54% de los internautas se encuentra entre los 12 y lo 35 años de edad y el uso de redes sociales es la principal actividad realizada en línea. Son, entonces, las nuevas generaciones las de mayor contacto, exposición y creación con los memes. Estas expresiones -los memes- pueden ser solo un síntoma de una realidad expresada por estudios como aquel que publicó la revista Psychological Medicine en el que planteaba que los millennials tienen el doble de predisposición a desarrollar problemas de salud mental como la depresión y la ansiedad. En el estudio, investigadores del King's College de Londres analizaron a cerca de 2,066 jóvenes pertenecientes a esta generación. La prueba les preguntaba sobre sus experiencias en diferentes etapas de la vida, sus relaciones, qué tan solos estaban y cómo estaban su salud mental y física. El resultado: la mayoría de los participantes dijeron que a menudo se sentían solos, mientras que entre el 23% y el 31% dijeron que se sentían excluidos o que carecían de compañía.
[/] Parece que la tecnología y el estado de supuesta ansiedad que expresa esta generación, van de la mano. Otras percepciones de especialistas, como la del investigador Hugh Mackay, apuntan a que muchas personas sumidas en la experiencia de las redes sociales despierta una ansiedad cuando una fotografía que se coloca en redes no consigue los likes -y por ende, la aceptación- deseadas.