Todos alguna vez hemos fantaseado con vivir en una isla desierta para alejarnos de todo y simplemente disfrutar el mar de un destino paradisiaco. Algo similar le pasó a una pareja de recién casados que viajó a las islas Maldivas para su luna de miel. Olivia y Raul De Freitas, de 27 y 28 años, llegaron a un resort de lujo para vivir la postal perfecta en Instagram: hospedaje en una villa de ensueño sobre el mar cristalino con vista infinita. Sólo iban por seis días, pero debido a la pandemia de coronavirus , están atrapados en una luna de miel eterna o mejor dicho, una cuarentena paradisiaca. La pareja se hospedó en el resort de cinco estrellas, Cinnamon Velifushi , informaron al New York Times . Así son las villas en este complejo:
Llegaron el 22 de marzo al destino idílico, y al cuarto día de hospedaje, les dijeron que el aeropuerto de Sudáfrica —de dónde son originarios— cerraría a medianoche del día siguiente. Esto significaba que, aunque consiguieran un vuelo para salir de Maldivas, no lograrían aterrizar en Sudáfrica antes del cierre porque tenían que hacer escala en Qatar. Además, la isla también anunció el cierre de los vuelos comerciales.
Olivia y Raul De Freitas. Foto cortesía. Rescatados por sus embajadas, todos los huéspedes lograron salir de la isla. Pero a Olivia y Raul, su consulado les notificó que p, y que podían pagarlo entre los 40 sudafricanos que estaban repartidos en las islas del destino. No lograron ponerse de acuerdo, así que a los recién casados no les quedó más que vivir la cuarentena en esta isla. Como relataron al New York Times , ellos son los únicos huéspedes en todo el hotel. Básicamente su día consiste en saltar al agua desde su terraza, nadar, snorkelear, comer en los restaurantes, asolearse, jugar en las canchas de tenis y hacerse amigos del staff. Tienen prácticamente todo el resort a su disposición, pues según las reglas, el staff no podía irse a casa hasta cumplir una cuarentena en el mismo hotel.
Olivia y Raul De Freitas. Foto cortesía. Así que Olivia y Raul han estado viviendo en una luna de miel sinfín porque en Maldivas y en Sudáfrica aún no tienen fecha para abrir los aeropuertos. .
Final (más) feliz
Al inicio, cuando se vieron obligados a extender su estancia en el hotel, el resort les hizo un gran descuento, relató la pareja al NYT. Pero obviamente tras dos semanas de vivir y comer diariamente en un resort de lujo en las Maldivas, empieza a golpear el gasto. Afortunadamente, hay un final feliz para los lunamieleros, pues la embajada de Sudáfrica los trasladó en bote a otro resort de cinco estrellas en las Maldivas donde están los demás sudafricanos que se quedaron estancados en las islas. El gobierno está subsidiando el costo de este hospedaje. Luna de miel infinita, será.