Desde que somos pequeños, se nos inculca que debemos elegir “lo que queremos ser de grandes”, como si existiera una verdad absoluta de la profesión a la que nos podemos dedicar para siempre. La realidad es que los seres humanos somos multifacéticos, tenemos diferentes talentos, intereses y pasiones; lo que nos permite cambiar de dirección varias veces en la vida.
El estadounidense Demit Omphroy , de 33 años, nos demuestra esto mejor que nadie a través de su obra plástica y su carrera en sí misma. Tras emprender una carrera como futbolista a nivel profesional, Demit se dio cuenta de que las artes han sido una pasión constante en las distintas etapas de su vida, por lo que tomó el valiente paso de cambiar de rumbo y dedicarse a la pintura.