Si decidieras escribir un musical de los últimos quince años de tu vida, cada uno de esos momentos podría estar musicalizado por una canción de Reik. Piénsalo. Desde su primer álbum en 2005, Jesús, Julio y Bibi no han parado de escribir hitazos que se posicionan en las listas de las más escuchadas (sus casi 20 millones de escuchas al mes en Spotify no mienten). Del recuerdo del primer crush con “Yo quisiera”, a las parejas que eligieron “Creo en ti” para ese primer baile en su boda; los que lloramos con “Ya me enteré” (porque de verdad nos enteramos); hasta los que ahora bailamos “Los tragos” en el antro, Reik ha estado presente en nuestra historia desde hace diecisiete años.
Pero ni el tiempo ni el éxito se han interpuesto en lo que, más que la historia de una banda, es la historia de tres amigos con una pasión en común. Cuando les pregunté por el recuerdo de un momento que los reafirmó como familia, todos van directo al día que regresaron a su natal Mexicali a presentarse en la Plaza de Toros Calafia, el lugar donde solo se presentaban los grandes artistas que iban a su ciudad. Ese día todos lloraron. Hoy siguen siendo esa banda que se distingue por la humildad, el corazón y su gran capacidad de conectar.