JORDI LINARES (JL): ¿Cómo se sienten en este punto de madurez de la banda?
JESÚS NAVARRO (JN): Completamente diferente en muchos sentidos, y en muchos otros, muy similar a cuando empezamos. Por un lado, éramos unos niños y ahora somos adultos hechos y derechos. Cuando los equipos se vuelven tan grandes y hay tanta gente, entre la disquera y los publicistas, es muy importante para nosotros que siempre sea evidente que quienes van capitaneando el barco seamos nosotros mismos.
JULIO RAMÍREZ (JR): En muchas cosas ya rebasamos el punto donde imaginamos que podríamos estar como grupo, por el simple hecho de seguir juntos. Ahora cada cosa que hacemos es un poco más consciente. Pensamos cada decisión, como con quién cantamos, si fusionamos nuestro estilo musical original (que era acústico y romántico con algo de urbano o algo de regional mexicano) y el reto es no dejar de disfrutarlo.

JL: Ahora que todos viven en ciudades diferentes, ¿cómo es el proceso creativo?
BIBI MARÍN (BM): No ha cambiado nada, incluso cuando vivíamos en la misma ciudad el proceso era básicamente el mismo: alguien tiene una idea, la desarrolla en solitario y cuando nos vemos la mostramos y la terminamos juntos. Seguido hacemos talleres de composición donde nos juntamos y nos encerramos con diferentes personas. En unos días escribimos diez, quince o veinte canciones, luego tenemos un proceso de selección.