Es natural atribuirle un soundtrack a tu experiencia en el Lago di Como . Mi selección personal incluye Parlami d’amore Mariù (la de aquel viejo comercial del perfume Acqua di Giò ), Senza fine y Cosa hai messo nel caffè: clásicos italianos en sintonía con el encanto de este destino mágico, situado a menos de una hora de Milán. Fue durante una cena en Tokio cuando al venezolano Luis Contreras —propietario de Il Sereno Lago di Como (y de su hotel hermano en Saint Barth) y acérrimo melómano— se le ocurrió trasladar el concepto de los bares y cafés jazz-kissa japoneses a su hotel a orillas del lago. El escenario perfecto para disfrutar la música como se debe.
Rodeado por el verde profundo de las montañas, las espectaculares villas históricas y los reflejos cambiantes del agua, donde los botes van y vienen, es fácil perderse contemplando la belleza del paisaje mientras suena la mejor música. Este nuevo concepto de hospitalidad para melómanos es tan singular como el propio hotel, que en 2017 se convirtió en el primer edificio contemporáneo de la zona. Un proyecto arquitectónico y de interiorismo de la starchitect Patricia Urquiola , quien recurrió a la cálida madera de nogal, mármol verde y mobiliario de autor —como las sillas Leggera de Gio Ponti— para crear el carácter de modernismo italiano con lujo actual que distingue al hotel.