No hay nada más molesto al querer dormir que tener calor (bueno, tal vez un mosquito en la habitación). Pero la incomodidad de una noche calurosa puede arruinar por completo la intención de descansar. Y seamos realistas no siempre se puede resolver con aire acondicionado, ya sea por temas de instalación, consumo de energía o simplemente porque no todos lo tienen. ¿La buena noticia? Hay una forma más inteligente de atacar el problema de la raíz: cambiar de colchón a uno que se mantenga fresco. Sí, leíste bien, existen y son de Luuna.
Los colchones de Luuna diseñados para combatir el calor y dormir fresco

¿Sabías que la temperatura ideal para dormir ronda entre los 18 y 22 °C? Sin embargo, en muchas zonas del país, las noches rebasan -¡por mucho!- ese rango, dificultando un descanso profundo. Esta sensación de calor se intensifica porque nuestro propio cuerpo genera calor al dormir, que se transmite al colchón y multiplica la sensación térmica. ¿El resultado? Sudoración, incomodidad, despertares constantes y menor calidad en el sueño profundo, la fase más reparadora del sueño.
Con el objetivo de atacar este problema, la marca mexicana Luuna desarrolló una tecnología para mantenerte fresco durante la noche: el colchón Luuna One Cool. Este modelo combina una capa de espuma con infusión de cobre —que regula la temperatura corporal y limita la proliferación de bacterias— con la tecnología Cooling Tech, un tejido que proporciona una sensación de frescura al tacto y permite una mejor circulación del aire. Es un sistema que genera un microclima óptimo, sin necesidad de enfriar toda la habitación.

La innovación en descanso térmico no termina ahí. En México ya se desarrollan otras soluciones como textiles inteligentes que absorben y liberan calor según la temperatura corporal, sábanas de tejidos transpirables y protectores de colchón que trabajan en conjunto para conservar una temperatura estable.
¿Qué buscar en un colchón para dormir fresco?
- Tecnologías de regulación térmica: como Cooling Tech o memory foam con cobre.
- Materiales transpirables: tejidos frescos, algodón de alta calidad o mallas que favorezcan el flujo de aire.
- Capas complementarias: como protectores o almohadas con diseño térmico.

Más que una tendencia, el desarrollo de tecnologías para dormir fresco responde a una necesidad concreta y cada vez más urgente: las crecientes temperaturas en temporada de calor. En un país donde las noches cálidas se han vuelto la norma, repensar la forma en la que dormimos es clave para grantizar el buen dormir.