Al final de su vida, entre 1840 y 1926, el prolífico pintor francés Claude Monet, padre del movimiento artístico del impresionismo, ejecutó proximadamente 250 pinturas de paisajes acuáticos titulados “Nenúfares” de su propio jardín japonés, entre ellos una serie de grandes lienzos para cubrir las paredes de dos cuartos ovalados, creando “la ilusión de un todo sin fin”.
Con sus cuadros de Nenúfares, Monet pretendía “crear un refugio de meditación” de 360 grados de pintura, una increíble obra que evoca paz y que ahora podrás ver con tus propios ojos con la llegada de la exposición “Monet Experience and the Impressionists”, una experiencia multisensorial con las pinturas icónicas de Monet y otros famosos artistas del impresionismo.