Silvana Estrada: la voz de la nostalgia en paz

Jordi Linares: La última vez que hablamos en ELLE estabas de gira por Estados Unidos con Marchita, y ahora estás a punto de comenzar otra muy grande. ¿Cómo llega para ti esta segunda gira en este momento de tu vida y de tu carrera?

Silvana Estrada: Me siento súper motivada. La verdad, creo que nunca me había sentido tan equilibrada en cuanto a mi relación con la gira, el trabajo y la salud. Me costó mucho encontrar ese balance, pero siento que cada vez estoy más cerca. Estoy muy emocionada de cantar canciones nuevas y de montar el show de Vendrán suaves lluvias, que es un espectáculo muy especial y emotivo. Este momento de mi vida me encuentra bien: trabajando muchísimo, viajando, tomando aviones, pero internamente en paz. Siento que me estoy sabiendo cuidar mejor que nunca, y creo que eso también tiene que ver con la edad.

JL: Al momento de hacer estas fotos, estamos en una semana muy importante para ti porque Vendrán suaves lluvias se estrena este viernes. ¿Cómo vives la expectativa previa a este lanzamiento?

SE: Con mucha calma. Siento que tenía más nervios las primeras veces que mostraba el álbum, pero como ya lleva algunos meses terminado, ahora estoy más relajada. Ya lo solté. Este disco dejó de pertenecerme y ahora es del mundo. Ya proyecté toda la energía que necesitaba; ahora solo me toca cuidar su camino, sabiendo que el suyo y el mío no son el mismo. Es un poco como ser una madre creadora que ve a su obra tomar su propio rumbo. Por eso la expectativa me afecta mucho menos.

JL: Hablando de soltar y de dejar ir, este álbum habla mucho del amor no correspondido, de la sanación y del proceso de dejar ir lo que no fue. ¿Podrías contarnos, a grandes rasgos, la temática y el mensaje del disco?

SE: Este álbum reúne varias historias de los últimos cinco años de mi vida. Son, digamos, diez maneras de decir adiós. Cada canción es un crecimiento y una despedida, la mejor forma que encontré en su momento para soltar. También es una manera de reconciliarme con la vida; tuve pérdidas muy fuertes y este disco fue mi forma de volver a enamorarme de ella, de renacer y de reencontrar la belleza en lo pequeño, lo cotidiano. Mientras Marchita era un viaje profundo hacia adentro, Vendrán suaves lluvias es un paisaje que mira hacia afuera, lleno de cielos, montañas y naturaleza. Es una promesa de dulzura, de suavidad, de volver a ver lo bello.

JL: En nuestra última conversación me contaste que en el cuatro venezolano habías encontrado tu libertad creativa. ¿Hay algún elemento que, en Vendrán suaves lluvias, haya sido ese catalizador o inspiración?

SE: Sí. Este disco se compuso casi completamente en guitarra y piano. Me gusta ponerme en situaciones donde no domino del todo el instrumento, porque eso me conecta con el instante. Desde ese lugar de humildad, casi infantil, busco descubrir el sonido que quiero. Mi “no saber” me conecta con mi niña interior, que al final es la verdadera creadora. El hecho de tocar instrumentos que no manejo del todo me permitió explorar con frescura, salirme de los patrones habituales y buscar sonidos nuevos, incluso en la incomodidad.

JL: Tu vida es muy activa: giras, conciertos, viajes. ¿Cuándo encuentras el momento de poner el mundo en pausa para escribir?

SE: Con los años, he aprendido a hacerme esas pausas. Al principio, toda mi vida era una gran pausa y podía componer en cualquier momento. Ahora, entre giras y compromisos, tengo que organizarme mejor. Ya no es tan romántico como detenerlo todo cuando llega la inspiración. A veces me programo residencias creativas en el campo, porque necesito la naturaleza para escribir. No es que no pueda hacerlo en la ciudad, pero conecto de verdad cuando estoy rodeada de lo natural. Observar la naturaleza me inspira y me recuerda que todos somos parte de esa gran obra.

JL: En cuanto a identidad visual, ¿cómo ha sido tu evolución de Marchita a Vendrán suaves lluvias?

SE: Vendrán suaves lluvias es, creo, una traducción más fiel de quién soy. Marchita era un personaje nacido a partir de mí: más oscuro, solemne y serio. En cambio, este nuevo universo estético me permite bromear, sonreír, bailar. Y yo soy así, alegre, conectada con mi tristeza pero con mucha luz. El mundo visual que creamos para este álbum representa justamente eso: lo ligero, lo luminoso y, de algún modo, también lo actual, menos atemporal que lo que había hecho antes.

JL: Sobre tu relación con la moda, siempre has tenido un estilo muy bohemio. ¿Cómo fue experimentar en este shoot con prendas diferentes a las que sueles usar?

SE: Cada vez me reconcilio más con la moda. Entiendo el poder que tiene una prenda para hacerte sentir de cierta manera. Antes estaba más desconectada de eso, pero ahora disfruto una pieza que me haga sentir poderosa o alegre. Estoy en un momento muy bonito, de juego, de probar cosas nuevas. Me gusta pensar cómo suena el disco y traducirlo. Por ejemplo, ¿cómo se siente una “suave lluvia”? ¿Como la seda? ¿Un rojo pasión? Es un ejercicio creativo precioso, y me la estoy pasando muy bien. Estoy en un momento de mucho amor por la moda.

JL: ¿Cuál va a ser el recuerdo que te lleves de 2025, cuando lo veas hacia atrás en muchos años?

SE: Creo que recordaré el momento en el estudio con mi mánager y mi ingeniero, los tres tomando vino y escuchando el disco terminado, llorando de alegría por todo lo que tuvimos que pasar para lograrlo.