La historia de amor entre Pablo Bernot y Sofía Castro comenzó en 2012, cuando sus caminos se cruzaron por primera vez al ser presentados por una amiga en común. Sin embargo, fue un reencuentro en el icónico Baby’O de Acapulco, cinco años después, lo que sellaría su destino como pareja. Esa amistad evolucionó, y tras meses de salidas, su conexión se transformó en un noviazgo formal. La propuesta de matrimonio llegó en septiembre del año pasado, en un escenario digno de una película romántica. Con el famoso letrero de Hollywood en Los Ángeles como testigo, Pablo le pidió a Sofía que se casaran.
Sofía Castro nos muestra todos sus vestidos de novia y los que usó antes
La planeación de la boda ha sido una montaña rusa de emociones para los novios. Sofía, rodeada del amor de su familia y amigos cercanos, ha vivido momentos muy especiales, pero también ha sido un proceso que le ha enseñado a “soltar” su perfeccionismo y disfrutar más del camino. “Aprendí lo importante que es respetar el sueño de una novia, que cada quien tiene su propio ideal de cómo quiere vivir su boda. La verdad, sí hubo algunas decepciones de personas que se quisieron aprovechar e hicieron que el proceso se sintiera más complicado de lo que había imaginado. Pero, al final, gracias al apoyo de mis papás, hermanas, cuñados y mis amigas, todo salió adelante”, asegura. Sofía eligió a Peter de Anda como su wedding planner por su impecable atención a los detalles y su capacidad de crear experiencias únicas. Desde el principio, tenía claro que quería que su boda estuviera llena de gestos hechos a la medida y toques especiales, algo que sus invitados recordaran y disfrutaran de principio a fin.
La idea era lograr una boda en la que cada elemento, desde cerillos y termos personalizados hasta el ambiente, reflejara la esencia de la pareja. Desde niña, la actriz soñaba con una boda de cuento y un vestido de princesa. “Mi mamá dice que nací con la mano lista para recibir el anillo, fantaseaba con un evento como de cuento de hadas”, dice. Aunque al inicio consideró casarse en la playa, pronto descubrió que San Miguel de Allende era el escenario perfecto para esta celebración. Este destino, con su atmósfera mágica y arquitectura colonial, ofrecía el ambiente ideal para la boda que siempre había imaginado. Además, por la fecha de la boda, este pueblo mágico ofrece el clima correcto para lucir el vestido que soñaba.
Elegir el vestido fue toda una experiencia. Tras meses de búsqueda en diversas tiendas y múltiples pruebas, Sofía finalmente encontró el diseño perfecto en el atelier de Oscar de la Renta en Nueva York. A través de Fernando García –director creativo de la firma– quien entendió su visión desde el primer boceto, lograron crear un vestido de en-sueño. La pieza, confeccionada minuciosamente por una costurera mexicana, representa todo lo que Sofía siempre imaginó: una prenda única, con un largo velo y una cola de princesa, elaborada con detalles bordados y capas de encaje y tul. “Siempre soñé con un vestido así para casarme, hecho a la medida por Oscar de la Renta, el diseñador de mis sueños. Desde que era niña, imaginaba mi boda y sabía exactamente cómo quería verme ese día. Tenía un par de diseñadores en mente, pero Oscar de la Renta siempre estuvo en la cima de mi lista. Fue Pablo quien me cumplió ese deseo tan especial. Cuando por fin me puse el vestido, no pude dejar de llorar; estaba tan emocionada que apenas podía creerlo. Después de tantas pruebas, tantos momentos de ilusión y expectativas, ahí estaba, viviendo un momento que siempre llevaré en el corazón”.
La fascinación de Sofía por la moda se ha entrelazado de manera especial con cada uno de los momentos más significativos de su etapa como novia. Desde los vestidos que ha usado en diversas celebraciones hasta los diseños icónicos que adornan su camino hacia el altar, cada prenda ha sido una declaración de estilo personal y un homenaje a las relaciones que la han acompañado a lo largo de su vida. En las imágenes que acompañan esta historia, vemos cómo la actriz ha sido celebrada por aquellos que más quiere: su madre, amigas cercanas e incluso la prestigiosa firma Oscar de la Renta. Además, su stylist, Karla Guindi, ha sido su gran aliada durante todo el proceso y se encargó de crear looks memorables para cada evento relacionado con su boda, desde la pedida hasta las diferentes celebraciones previas al gran día. Entre los vestidos más significativos se encuentran el de Schiaparelli, un regalo de Pablo que inicialmente tenía previsto usar para el civil, pero que terminó siendo parte de otro momento. Además, un vestido de Oscar de la Renta, que Sofía eligió para su rehearsal brunch, que marcó el inicio de una serie de prendas de la misma firma que definirían su estilo nupcial. Iniciar esta nueva etapa en su vida es una mezcla de nervios, emoción y felicidad.
Aunque se siente muy contenta y está lista, reconoce que es un proceso fuerte y profundo. Asegura que siempre se menciona el lado emcionante pero que hay algo que no siempre se comenta: ese pequeño duelo que se vive al dejar atrás una etapa de su vida, el rol de hija, y empezar a construir su propio hogar y familia.
“Soy muy cercana a mis hermanas y a mi mamá, por lo que este cambio me ha costado un poco. Adaptarme a un nuevo rol, es un paso grande, pero también emocionante. Lo que más me emociona es ver cómo Pablo y yo vamos a formar nuestra vida juntos, cómo vamos a escribir nuestra historia como pareja, y qué nuevas experiencias nos esperan en este camino”, finaliza.