2024 ha sido un año de transformación y consolidación para Danna. Con su más reciente álbum, Childstar, nos presentó su etapa de mayor madurez musical y también la que ella describe como su faceta más auténtica. Le siguió una gira por Latinoamérica, presentaciones en México y su participación en shows internacionales como la gran pop star mexicana en la que se ha convertido. Antes de concluir el año, regresa como Elphaba al doblaje de la esperada adaptación cinematográfica de Wicked y, en medio de su propio redescubrimiento como artista, de enfrentar sus miedos y de seguir su instinto, se confiesa lista para, una vez más, desafiar la gravedad.
Danna nos cuenta sobre desafiar la gravedad, su evolución musical y su futuro
Jordi Linares (JL): Empezaste 2024 en la playa y entre amigos, sabiendo que te venía unaño muy pesado. ¿Cómo disfrutas la paz antes del torbellino?
DANNA (D): Desconectando y no pensando en nada más que estar en la playa, que me recarga muchísimo. Soy Cán- cer, signo de agua, así que estoy conectadísima con el mar y me ayuda mucho a resetear e inspirarme. Recibí el año con muchos rituales introspectivos, con mis amigos y mi novio. Somos personas muy agradecidas por lo que ya tenemos, y pensar en todo lo que viene es maravilloso.
JL: Arrancaste con todo con Childstar, que no solo marca una nueva era musical sino una nueva estética. ¿Cómo tradujiste esta etapa de tu vida a tu música y a tu estética?
D: Fue un proceso de cuatro años. Evolucioné mucho desde la pandemia, tuve golpes de madurez y abrí la caja de Pandora, que es lo que representa el disco. Mi vida siempre había sido bastante automática por default; no tengo otra experiencia de vida que no sea trabajar desde niña. Evolucionar y madurar velozmente y pasar todo muy rápido. Estos últimos cuatro años me senté a descubrir realmente qué quería hacer y decir como artista. Musicalmente, es el álbum en donde más me encontré y me liberé en todos los sentidos.
En la estética necesitaba oscuridad absoluta, había estado disfrazando todo lo que me sucedía, pero por dentro me sentía en un momento oscuro. Aprendí a brillar en una oscuridad, a tocar fondo y a replantearme la vida. Tengo la suerte y el don de poder transcribir todas esas emociones con el arte, con mi música, con los videos, con la narrativa alrededor de mi proyecto y tiene todo que ver con este golpe de vida. Ahora estoy aquí y es un borrón y cuenta nueva para mí.
JL: Hace cuatro años fuiste portada de ELLE México por primera vez, ahora te tenemos en esta nueva etapa en la que eres simplemente Danna, ¿cuál fue el camino de vida que te hizo llegar a esta decisión?
D: Ni siquiera yo sabía el porqué, solamente quería quitarme el Danna Paola porque me sentía alguien diferente, y creo que cambiar de opinión siempre es un derecho. En este caso, para mí, el nombre como tal tenía mucho peso detrás: es toda mi carrera, es como me conoce el mundo hasta el día de hoy. No es algo que me moleste, al contrario, se trataba de darle el lugar a esa Danna sin el personaje que la gente había construido de mí. Era darle la oportunidad a esa persona nueva, quien soy hoy, que se sigue transformando y que sigue transformando el significado. Lo que te digo es muy loco porque yo salí y dije: “Listo y ya, me llamo Danna”, y ni siquiera yo había entendido bien por qué. Simplificarlo también me ayudó a quitarme la carga de pensar que debía cumplir con la expectativa del nombre, del peso que tiene, de la carrera que tiene, y darme la oportunidad de escribir un camino nuevo.
JL: Tuviste una gira por Latinoamérica a mediados de año, ¿cómo vives los momentos cuando estás frente a esas audiencias masivas?
D: Fue una gira muy interesante; nunca había salido bien- bien de gira, y abrirte camino en otros países es muy complicado y al mismo tiempo muy llenador. Hay personas que no hablan el mismo idioma, como en Brasil, pero cantan las canciones de principio a fin. Es una recompensa sobre las cosas que uno trabaja y cosecha. Me concentro mucho en lo que estoy recibiendo y lo que estoy dando; para mí, el escenario es sagrado, desde el más pequeño hasta el más grande. Tengo un lema que dice “tú eres tu último performance”, entonces, cada vez que me subo al escenario es como si fuera mi última actuación. Porque la gente se va a acordar de eso, es la última vez que te vio en vivo. Más allá de la masividad o la mínima audiencia, es el momento que me regala la gente.
JL: En México también tuviste dos grandes momentazos en Tecate Pa’l Norte y en el Festival Hera. ¿Cómo conectas de manera diferente con el público mexicano?
D: Pues es casa. Es lindo ver cómo, después de tantos años, seguimos creciendo juntos. Sigo viendo caras conocidas, viendo cómo todos evolucionamos, incluso hay personas mayores que también están ahí acompañándome. Siento que somos una familia y es muy lindo que me regalen esa euforia que me empodera. Es algo energéticamente adictivo. El público mexicano siempre ha sido uno de los que tiene mayor fuerza en la industria y, en general, en la vida. Saber que estoy de este lado, y que tengo a mi gente ahí siempre, es algo invaluable.
JL: ¿Esperabas cómo arrasó “XT4S1S” en los charts?
D: ¡No!, ¡no mames! La verdad es que siempre le puse una expectativa muy alta a esa canción. Fue la primera que produje, que hicimos solo Alex y yo en casa, y fue un proyecto que nos tomó mucho tiempo. Además, era mi regreso, mi primera vez produciendo y a partir de “XT4S1S” empezó a nacer Childstar. Las piezas del rompecabezas se empezaron a juntar con esta canción que amo y me obsesiona. Es tan buena que, aunque no suelo escuchar mi propia música, esta la escucho cada vez que puedo, incluso si sale en shuffle. Es mi momento favorito del show, la amo.
JL: De agosto para acá ha sido una etapa llena de sor- presas, empezando por tu participación en Drag Race All Stars, ¿cómo fue el acercamiento a esta plataforma y cómo te ha ayudado a acercarte a tu queer fandom?
D: Fue increíble, me guardé ese secreto por mucho tiempo y estaba muriendo de ganas por contarlo. Había hecho Drag Race México y fue increíble. Cuando me invitaron a All Stars me cagué, fue como: “¡Voy a conocer a Mamá Ru!”. Para mí, Drag Race siempre ha formado parte de mi vida como artista, como persona, como empoderamiento y es una inspiración muy grande. El drag me identifica al 100%; para mí, salir a un escenario y montarme en mi drag es un ritual y es algo artístico, algo emocional y algo que tiene un significado precioso, para mí y para toda la comunidad. Estar en Drag Race All Stars fue una de las mejores experiencias; de hecho, fue Mamá Ru quien me bautizó como Danna. Fuera de pedo, ahí fue cuando dije: “Sí se escucha bien, sí lo vamos a cambiar”.
JL: Luego vino el pódcast Selección natural, ¿cómo fue actuar en pódcast y cómo abordaste el tema de la inteligencia artificial?
D: Siempre he sido partícipe de hacer cosas nuevas y de tener primeras veces; esta era una de esas. Soy superfan de Caso 63 y de los creadores de este pódcast. La propuesta me pareció interesante y dije: “Hagámoslo”. Lo grabamos en Los Ángeles; es como una radionovela, y para mí es muy importan- te perfeccionar la interpretación sin estar en pantalla, todo depende de la voz. Este personaje, Sofía, es una inteligencia artificial sin emociones, así que la preparación fue pensar en un robot que va adquiriendo sentimientos. Todos los textos empiezan a evolucionar. De hecho, terminé de leer el guion mientras lo grababa, para no tripearme más. Hoy estamos en una era donde la IA está en todos lados: algo que parecía lejano y ya está aquí. Da miedo, pero también te deja pensando; es un gran pódcast para cuestionarte sobre lo que crees.
JL: En los VMAs se habló mucho de lo auténtica que fuiste al mostrar tus emociones cuando conociste a tus ídolos; lo gozaste como invitada y, al mismo tiempo, aplaudiste a quienes admirabas.
D: Es un lugar en el que todos estamos con todos. Siempre he visto los VMAs, desde que tengo uso de razón. En la pandemia extrañaba los superperformances de antes, como los de Gaga, Britney, etc. Y esta vez me tocó estar ahí: presentar un premio, caminar por la alfombra roja y ver a todos esos artistas que admiro y que, al final, son compañeros de industria. Como latinos, estamos abriéndonos paso a lo grande, y ver a mis colegas presentarse ahí, como Karol, Anitta y Rauw, me hace pensar: “¡A huevo! El español está aquí”, y ya no hay barreras, estamos todos juntos. Admiro y respeto a cada colega con el que me encuentro.
JL: Sobre la responsabilidad de representar a la música en español como la pop star mexicana que eres ante el mundo, ¿qué sientes?
D: Me hace sentir orgullosa de no haber desistido y de seguir aquí. Es difícil porque reconocer mis propios logros es complejo. Llevo 24 años trabajando, y recibir este reconocimiento me llena de gratitud; al mismo tiempo, pienso: “Siempre se puede más”. Soy una persona muy disciplinada y amo mi carrera; eso es lo que más me llena: poder seguir exportando al mundo. No solo yo, sino todos con quienes colaboro: colegas y compatriotas mexicanos en el styling, el glam, la música, los nuevos talentos con quienes trabajo. Para mí, México es top, y formar parte de este movimiento junto a mis compañeros que llevan a México al extranjero es brutal. México dejó de ser solo sombreros: es cosmopolita, es moda, música, cultura. Representarlo con orgullo es increíble y no soy solo yo, lo digo de nuevo. Me siento orgullosa de todos.
J: Es sumamente emocionante verte regresar a Wicked en el doblaje porque es el papel con el que te consagraste en el teatro musical, ¿qué se siente regresar a Oz después de todo este tiempo?
D: Ha sido muy emocional. Yo soy una bruja como Elphaba, porque cuando tenía 17 años dije: “Esto va a volver a mi vida, no sé cuándo, pero va a volver”. Cuando estaba muy chiquita siempre estuvo la puerta abierta por hacer Broadway pero nunca lo retomé, solo confié en que el universo lo traería a mí. Estaba tan chiquita cuando hice Wicked que fue un proyecto que me hizo creer en mí. El que haya regresado este año fue una señal del universo que me decía: “Es momento de volver a creer y de desafiar la gravedad”, es una motivación por seguir disfrutando lo que hago. La película es una locura y no lo digo solo porque formo parte de ella, y de toda la familia de Wicked, junto con quienes hemos interpretado a Elphaba... Ver a Ariana y a Cynthia representando a los personajes y dejándose la piel en la actuación es maravilloso. Te lo digo: se van a llevar el Oscar por esta película. Es el mejor musical que existe en el cine hasta este momento. Es muy especial para Ceci y para mí volver a ser aquello que fuimos hace 10 años, comprendiendo con mucha más profundidad la historia, los personajes y la música. Wicked volvió a mi vida para recordarme que mi futuro no tiene límites y creo que inspirará a mucha gente.
JL: ¿Qué lección te llevas de Elphaba?
D: Que está bien ser diferente y no tener miedo de explotar el poder que uno tiene. Saber que eres un ser único y que el amor es una de las fuerzas más grandes del universo, así como la confianza en ti mismo.
JL: Mencionaste el arduo trabajo que implica hacer todo lo que haces. Algunas veces la gente no imagina todo lo que hay debajo de la punta del iceberg, pero estás por mostrar tu vida a través de un documental, ¿de dónde surgen las ganas de compartirlo?
D: Nace un poco como acompañamiento de Childstar. Es el primer documental que hago y no quería que alguien contara mi historia antes de hacerlo yo. Se llama Tenemos que hablar porque es una de las canciones del disco que más me ha hecho catarsis y que me ha abierto los ojos para reconocer que había algo que no estaba bien, que tenía que sanar, y es mi niñez. Es un recorrido a través de los personajes en los que se ha basado mi vida. Vivo mi vida dentro y fuera de la ficción, pero ha ido todo de la mano. Seis meses soy un personaje y vuelvo a ser Danna; seis meses más, y otra personalidad. Va de mi trabajo desde niña, el camino sobre hacer un tour, salir de mi país y el proceso creativo del disco.
JL: ¿Cómo cerrarás tu año?
D: Con mucho aprendizaje. Fue un año muy duro emocionalmente, lleno de trabajo, de muchos cambios, evolución y madurez. Cumplí 29 años, estoy en mi último año de los 20, y me siento segura de mí; feliz de poder expresarme como soy, sin tener miedo y muy realizada, plena y agradecida.
JL: ¿Te dan nervios los 30?
D: No, cero, ¡para nada! Me emocionan muchísimo. Pasar a otra etapa es como pasar a la temporada tres. Pero me emociona porque ya necesitaba salir de estos 20, que fueron de mucho aprendizaje y mucha carrera, y ahora creo que viene una etapa de muchísima seguridad. Por eso, los 20 son la universidad de la vida: te estás preparando para ser un adulto de verdad. Me siento más segura de mis decisiones, de mi visión y por eso me emocionan los 30. I’m ready!