Efraín Félix nos habla de los desafías del teatro y la relevancia de 'Cabaret'

Jordi Linares: ¿Cómo percibes la evolución del teatro en México en los últimos años en términos de producción, puestas en escena y oportunidades para actores jóvenes?

Efraín Félix: Creo que el teatro se está revolucionando. Si bien siempre está en constante cambio y buscamos formas distintas de contar historias, en los últimos años, especialmente después de la pandemia, hemos encontrado nuevos lenguajes para seguir viviendo y narrando, a pesar de las dificultades. Además, algo padre que está viviendo el teatro es que, como jóvenes, estamos buscando qué queremos decir y por qué. Estamos reinventando las historias; incluso los clásicos. Creo que estamos aprendiendo a verlos con otros ojos, con una perspectiva actual; y eso refresca mucho el teatro y la visión que tenemos sobre él.

JL: ¿Cuáles crees que son los mayores desafíos para los actores de teatro en México hoy en día y qué te inspira a seguir apostando por esta industria?

EF: Considero que uno de los mayores retos y desafíos del teatro es lograr levantar un proyecto; que se convierta en una obra que llegue a un público y que pueda tener una larga temporada. Me gusta ser optimista, pero creo que, en México, al menos una parte del teatro está abandonada, ya que sufre una disminución en los apoyos gubernamentales. Además, nos enfrentamos a diversos retos al competir con plataformas y otros lenguajes audiovisuales que han cambiado cómo las personas buscan el entretenimiento. Pero creo que eso mismo nos hace buscar nuevas formas de encontrar y generar nuestras propias posibilidades.

JL: En términos de audiencia, ¿cómo ves el interés del público mexicano hacia el teatro? ¿Crees que las nuevas generaciones están conectando con las producciones teatrales?

EF: Curiosamente, como comentaba en la respuesta anterior, aunque tal vez la audiencia está dividida entre diversas formas de entretenimiento—como el cine, las redes sociales y otros shows—soy optimista y veo un creciente interés por el teatro. Creo que la juventud, a pesar de todas las otras posibilidades que tiene, muestra un deseo por ver cosas en vivo. Cuando las personas descubren y reconectan con el teatro, se dan cuenta de que es algo que puede ser muy mágico porque solo se vive una vez y sucede frente a sus ojos. Creo que eso hace que, a pesar de visiones menos optimistas, las audiencias busquen vivir el teatro; y muchos jóvenes, más allá de ser solo espectadores, busquen también vivirlo como intérpretes.

JL: Has tenido experiencia en cine. ¿Cómo describirías la diferencia entre actuar en una obra de teatro y frente a la cámara?

EF: En cuanto a la actuación para teatro y para cámara, sin duda los lenguajes son totalmente distintos debido a la naturaleza del medio al que van dirigidos. La cámara está más cerca; por lo que la actuación es más contenida en comparación con el teatro. Y bueno, hay excepciones donde se busca una actuación más teatral para cámara, y viceversa, pero generalmente son lenguajes diferentes. Sin embargo, creo que, en el fondo, la actuación proviene de donde mismo: de una comprensión del personaje, de una empatía, de una emoción que debe nacer desde lo más profundo. Y, una vez teniendo eso, se regula el nivel de expresividad para cámara, que es mucho más contenido; o para teatro, que es mucho más grande. Pero, en el fondo, creo que la lógica y la actuación se conectan de igual manera con el interior. Al menos yo, como actor, creo que conectan con mi interior y lo que descubro dentro del personaje; la forma de expresarlo es lo que varía.

JL: ¿Cómo te preparas para un papel en el teatro en comparación con uno en televisión o cine? ¿El proceso de construcción del personaje cambia según el medio?

EF: Los personajes deben surgir desde lo más profundo, y de ahí se regula la expresividad de cada personaje. Si bien cada personaje y proceso es distinto, siempre hay posibilidades distintas para jugar, a veces desde la intelectualidad de cada uno, entendiendo los motivos del personaje, qué quiere y a dónde quiere llegar, mientras que otros los encuentro desde el cuerpo, en cómo mira el personaje, cómo camina, cómo se mueve, entonces te vuelve susceptible al personaje, lo entiendes y sabes cómo debe desenvolverse en la locación del cine o el escenario del teatro.

En cuanto a cómo me preparo para cámara o para cine, como mencioné antes, creo que los personajes deben surgir desde lo más profundo; y, ya una vez teniendo eso, se regula la energía y el nivel de expresividad. Pero sí creo que hay muchas formas de jugar. Cada personaje es distinto: algunos se pueden encontrar más desde la parte intelectual, leyendo el texto, leyendo la historia, entendiendo sus motivos; qué quiere, de dónde viene, a dónde va, qué quiere lograr. Otros personajes, sobre todo en teatro, aunque también he utilizado esta técnica para cine y televisión; los encuentras desde el cuerpo. Cada proceso es distinto, hay veces que se puede empezar desde lo intelectual; y otras desde lo corporal, pensando en cómo mira el personaje, cómo camina, cómo se mueve; desde ahí el personaje te va dando señales o te va dando pistas, que debes ser muy sensible para poder seguirlas y así encontrar lo que termina siendo un personaje completo, abarcando la parte emocional, intelectual, y física. El proceso de construcción del personaje sí cambia según el medio; pero aún tratándose del mismo, puede cambiar según el proyecto. Cada proyecto y personaje traen procesos distintos, y creo que eso es algo muy importante que todos los actores deben considerar.

JL: Interpretar a Víctor en Cabaret debe ser un reto interesante. ¿Qué es lo que más te atrae de este personaje?

EF: Lo que más me atrae de Víctor es que, como todos los personajes de Cabaret, es alguien que está sobreviviendo en un momento donde está sucediendo algo histórico; y creo que ni siquiera se da cuenta. Es alguien que en el cabaret ha encontrado una familia que lo deja ser y vivir a su manera; y que está lleno de presente. Creo que en eso es un poco distinto a mí, porque generalmente soy alguien más analítico, más consciente de las consecuencias de mis acciones e incluso bastante más tranquilo. Creo que Víctor es alguien que vive en el presente, que le importa disfrutar el momento; y que, con tal de sobrevivir, hace lo que sea necesario, más allá de pensar en las consecuencias van a haber en el futuro o en las demás personas. Una frase que representa muy bien a Víctor es: “Leben und leben lassen”, una frase alemana muy popular que se menciona en la obra y que significa “vivir y dejar vivir”.

JL: ¿Cómo ha sido trabajar en una producción tan icónica como Cabaret? ¿Sientes alguna presión adicional al formar parte de una obra tan emblemática?

EF: De entrada, ha sido un honor compartir el escenario con gente tan talentosa, en un escenario tan importante como el Teatro de Los Insurgentes, dirigido por Mauricio García Lozano, un gran director. Es un disfrute porque me encanta lo que estoy haciendo. También es una forma de probarme a mí mismo que estoy caminando en la dirección correcta; y que los esfuerzos que he hecho hasta ahora han tenido un buen resultado. En cuanto a la presión, creo que en este momento ha disminuido un poco porque me he aclimatado más a la producción; pero sí fue un reto, sobre todo al principio, creérmela, saber que ya estaba en este proyecto. Además, saber que tantas personas también quisieran haber estado, tantas personas que audicionaron, y yo estoy ocupando ese espacio; es una gran responsabilidad y un motor para hacer las cosas bien. Al principio sí sentí una gran presión por ver tanto talento junto y por saber que estaba tomando un espacio que tenía que defender y cumplir con grandes expectativas. Sin embargo, esto mismo fue lo que me hizo, por un lado, saber que no existía la posibilidad de rendirme. No había un “no puedo”; porque creían en mí, incluso más de lo que yo llego a creer en mí en ocasiones. Ese impulso es lo que me ha hecho darme cuenta de que soy a veces más capaz de lo que yo pensaba; y que me ha hecho encontrar capacidades y posibilidades en mí más allá de lo que hubiera creído. Ese descubrimiento es algo muy grato que me llevo de cada proyecto; especialmente en Cabaret, donde he vivido un gran crecimiento como intérprete. Afortunadamente, me siento muy cobijado por una gran producción que nos trata muy bien; que nos cuida para que estemos a la altura del proyecto y para que nos sintamos cómodos en el lugar en que estamos trabajando. Eso es algo que se agradece muchísimo en cualquier producción.

JL: En tu opinión, ¿qué hace que Cabaret siga siendo relevante? ¿Hay algún mensaje en la obra que consideres especialmente importante en el contexto mexicano?

EF: En cuanto a porqué Cabaret sigue siendo relevante, a pesar de tratar un suceso de hace aproximadamente 100 años en la década de los 20s-30s en Alemania, considero que tocamos temas actuales. Hablamos de un momento de gran expresión y libertad que se ve opacado por la llegada de un régimen totalitario. Más allá de la política, el totalitarismo se manifiesta en el día a día cuando somos intolerantes ante las diferencias; cuando polarizamos ideas y estamos en contra unos de otros, sin aceptar las distintas formas de vivir. Esto es importante, porque nos confronta con lo que puede suceder si ignoramos la realidad que nos rodea. Como mencioné anteriormente, la frase "Leben und leben lassen" es un gran mensaje de la obra que deberíamos aplicar hoy. Si seguimos polarizando nuestra sociedad, podríamos enfrentar consecuencias desagradables. La tolerancia, la libertad, la expresión y vivir con amor nos hacen mejores personas.