Ricky martin tiene un carisma que contagia. En 40 años de carrera ha demostrado su poder para poner a bailar al mundo con su ritmo latino, y cuando entona una balada, también a cantar. Su secreto para mantener esa conexión con el público sonará sencillo: ser auténtico; pero no fue fácil llegar ahí. En 2010 escribió: “hoy acepto mi homosexualidad como un regalo que me da la vida”, y a partir de ese momento se convirtió en mucho más que un icono musical, se transformó en la fuerza e inspiración de miles de personas que como él, solo desean vivir en autenticidad. Gracias, Ricky.
Ricky Martin protagoniza la portada del Pride de ELLE México 2024
El cantante nos cuenta sobre cómo se siente al ser un ícono de la comunidad LGBTQI+
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Jordi Linares (JL): ¿Qué sientes de regresar a la actuación en este momento de tu vida?
Ricky Martin (RM): Siempre quise contar historias. Al principio de mi vida artística, en la música, también estaba contando historias, aunque no necesariamente eran mías ni las escribía yo. Para mí, empezar en un grupo como Menudo, a mediados de los años 80, fue mi pieza teatral más grande. Yo entré y me dijeron qué decir, cómo bailar, qué contestar, cómo dirigirme a un público; estaba contando una historia. A los 15 años hice mi primera serie de televisión en Argentina y escuché la palabra “acción” por primera vez como actor y revolucionó mi forma de ver las artes.
Luego me mudé a Nueva York, donde audicioné para la Escuela de las Artes de la Universidad de Nueva York y me aceptaron. Entonces, me fui de vacaciones a México, me dieron la oportunidad de hacer teatro y telenovelas como Alcanzar una estrella, y nunca regresé a Nueva York. Volver a esto (la actuación) no es “volver”, porque siempre estuvo ahí; y trabajar con Ryan Murphy en El asesinato de Gianni Versace, lo activó muchísimo. Yo creo en decretar. Lo declaras, lo lanzas al universo y las cosas se van dando poco a poco.
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(JL): Dices que tu primera gran actuación fue en los ochenta. ¿Qué pensaría ese Ricky Martin del Ricky Martin de hoy, que vive su autenticidad plenamente?
(RM): Le diría “Wow, ¡qué bien te ha ido! Felicidades. Pero cómo te has jodido para llegar a donde estás… Qué altas y bajas, qué caminos tan rocosos has recorrido”. También puedo decir que he tenido oportunidades divinas, y cuando digo divinas, no lo hago con el simple uso de la palabra, sino que vienen de algo más poderoso que nosotros.
He tenido la fortuna de coincidir con grandes productores con quienes comparto mis preocupaciones o deseos de cómo quiero llevar mi carrera y creamos estrategias para abrir caminos. No quiero sonar muy cursi, pero es que mi vida ha sido muy mágica, aunque también llena de sacrificios ¡y de mucho trabajo! A mí el que me diga que no trabajé, no me conoce, porque soy Capricornio y somos de excelencia y de no descansar. Son canales de emociones que tú abres y de pensamientos que van trazando un camino.
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(JL): Mencionaste a Ryan Murphy. ¿Cómo fue la experiencia de trabajar con él?
(RM): Trabajar con Ryan Murphy es maravilloso. Es perfeccionista, muy terco e intenso en su visión, pero también te deja volar como artista. Él dice: “Estás en el punto A y tienes que llegar al punto B, yo te puedo dar una idea de cómo quiero que llegues, pero también quiero que metas lo tuyo”. Eso te da mucha seguridad como artista. En Glee, aunque no nos conocíamos bien, me permitió ser yo mismo. Luego, cuando hice El asesinato de Gianni Versace, era una situación mucho más oscura, donde hacía falta estar en contacto con el dolor y el duelo.
Antes de todas las escenas, pasé muchas horas encerrado en un camerino, llorando y buscando la depresión, en un rollo muy metódico. Yo soy muy exigente conmigo mismo y él lo valoró. Durante la presentación de la serie, él decía: “A Ricky no importa lo que le des, lo va a hacer bien”, y eso a mí me dio mucha fuerza. Algunas veces no me doy crédito de nada a mí mismo y me digo: “¿Pero por qué te latigas tanto? Tienes que ser más amable contigo mismo, de la misma manera que lo eres con los demás”.
(JL): Con tu último personaje de Robert en Palm Royale, mencionaste que conectaste de forma personal pues es- conde su sexualidad en los años 60. Para ti, ¿cuál es la importancia de dar visibilidad a estos temas?
(RM): Bueno, hay mucha gente que pasa por esta vida con mucho dolor y es porque no pueden aceptar su orientación sexual y hay gente que muere infeliz. Recuerdo el miedo que pasaba a la hora de imaginarme lo que sería un yo totalmente abierto y transparente frente a las cámaras. Me daba pavor. Y yo, dentro de lo que podemos considerar libertad, era alguien con mucho privilegio, porque estaba bien económicamente, ya había logrado todas las cosas que había logrado.
Si las cosas me iban mal, pues me iba mal y ya me puedo ir a mi casa. Imagínate el que no. El que vive en una familia muy conservadora o el que vive en un pueblito muy pequeño y conservador. Al yo poder hablar de mi proceso, mucha gente se me ha acercado y me ha dicho: “Ricky, gracias porque por ti me conozco, gracias porque por ti conozco mejor a mi madre, a mi tío, a mi abuelo, a mi padre...” Y eso es ganancia. Al final nosotros lo único que queremos es vivir en calma y no sentirnos juzgados; no tener vergüenza por amar como amamos. Todos somos diferentes, pero a la vez todos somos iguales porque tenemos las mismas emociones.
(JL): ¿Tuviste algún icono queer que te inspirara personalmente mientras madurabas y te encontrabas también?
(RM): Sí, hay gente maravillosa que vino antes que yo, pero también pasó por muchos miedos y muchas burlas. Yo tenía miedo entonces de convertirme en esa burla y sé que lo soy para mucha gente, pero soy más feliz que antes. Porque no me importa lo que digan los demás, me enfoco en el amor que me tengo. Obviamente yo tenía Elton John, a David Bowie, a George Michael.
(JL): Has estado presente durante cuatro décadas y tenido momentos muy grandes en la cultura pop. ¿Hay alguno en el que tú mismo te has sorprendido?
(RM): Cuando la cultura pop hace una fusión con el mundo clásico, como el dueto que hice con Luciano Pavarotti, en su hogar en Módena, y cantamos una canción que se llama “Mamma”. Fue un momento de locura para mí porque carajo, ¡estaba cantando con Pavarotti! Otro, cuando Michael Jackson entró a mi escenario. Yo termino la canción: “Muchas gracias. Hasta la próxima”, miro a un lado y Michael Jackson está en el escenario conmigo, felicitándome. Son iconos que marcaron la música y siguen impactando mi vida y la de muchos.
(JL): Te hemos visto en el front row de shows como Armani, Dior o Balmain. ¿Qué es lo que más disfrutas de la industria de la moda?
(RM): Mira, yo colecciono arte. Y colecciono ropa porque veo la ropa como una pieza de arte. Cuando conocí Comme des Garçons fue gracias a una gran estilista mexicana que se llama Gabriela Diaque y con ella se me abrieron los horizontes de la moda japonesa. Ahí empecé a estudiar un poquito lo que es el fashion y me gusta. Poder llevar con uno estas piezas de arte y exponerlas ante las masas cada vez que tienes oportunidad es un desahogo muy poderoso. Pero también creo que la comodidad es lo más importante.
Créditos de historia de portada
Talento Ricky Martin
Talent PR Róndine Alcalá
Entrevista Jordi Rivas Linares
Foto Callum Hutchinson
Agency: @mondayartists
Photo Assistant / Digital Tech Stef Vleming Ferra
Stylist Douglas VanLaningham
Hair stylist Shaul Arbiv using: Mr. Smith hair.
MUA Hanic Arias
Production HyperionLA
Studio Hype Studios
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