Sí, leíste bien: el Super Bowl LVIII rompió récords al atraer a la audiencia más grande desde el aterrizaje en la luna de 1969, captando una audiencia de más de 120 millones de espectadores; y, seamos honestos, mucho se debe al efecto de Taylor Swift en la NFL.
De acuerdo con cifras de Nielsen y Adobe Analytics obtenidas por CBS Sports, el Super Bowl del domingo 11 de febrero, que vio a los Kansas City Chiefs vencer a los San Francisco 49ers 25-22 en tiempo extra, fue el más visto en la historia con un promedio de 123.4 millones de espectadores en varias plataformas, incluyendo CBS, Paramount+, Univision y Nickelodeon.