Andrea Chaparro nos cuenta sobre su viaje de amor propio y su papel en Bandidos

Andrea es una artista multidisciplinaria que actúa, canta, pinta y acepta el reto que se le ponga enfrente, aunque de momento su enfoque se encuentra en la actuación, y cuando acepta un papel pone todas las fichas en él. Es eso, y su personalidad inquieta por aprender, que la llevaron a rechazar tener un stunt para las escenas de acción de su personaje en Bandidos. En su lugar, se preparó tomando clases de buceo, de apnea y parkour para grabar sus escenas más extremas como colgarse de los árboles, saltar de un puente y hasta realizar un salto de ángel (un clavado muy complejo, ya lo googlée). “Eso es la actuación, desapegarte de cierta vida para darle la oportunidad a algo nuevo que se puede sentir, que se puede ver, que puedes aprender”, dice emocionada sobre su profesión.

Aunque hoy tiene claro de dónde viene y a dónde va, reconoce que, como todos, ha vivido batallas contra el síndrome del impostor o de amor propio, algunas veces por su apellido, otras por su físico, incluso por cómo se comunica, pero ahora es capaz de reconocer que es más que suficiente cuando está sana, cuando está feliz y cuando se cuida. “Antes de intentar llenar cierto papel, cierta casilla, cierto molde, tengo que llenarme a mí misma” asegura, y ha convertido en sus máximas “no hablarme feo y agradecerme por lo que he logrado. Cada vez me amo más y me agradezco más”. Cuando le pregunto quién la inspira en este viaje de amor propio su respuesta es rápida y segura: Miley Cyrus. La ha admirado en todas sus etapas y verla en entrevistas antiguas en donde aparecía desde los catorce años junto a su papá, le llega con cierta familiaridad. Su propio papá, Omar Chaparro, es una figura consolidada del entretenimiento en México y ha sido su mejor mentor para sobrellevar la vorágine de esta industria. “Lo que siempre me ha dicho y con el consejo que más me he quedado es tener los pies en la tierra” dice Andrea, pero también le ha inculcado la importancia de disfrutar todo lo que hace, a veces las cosas suceden tan rápido que es necesario detenerse para apreciarlo. “Él, en todo lo que ha hecho y con su versatilidad, siempre disfruta y tiene una sonrisa interior donde sea que esté”. Su padre se ha convertido en su mayor inspiración para no permitir que el mundo la encasille y para no vivir de las expectativas ajenas sino de la única expectativa de ser feliz con lo que hace.

Otro de los motores en la vida de Andrea son sus amigos, se ha hecho de un círculo de personas cercanas que comparten con ella su visión creativa, después de todo, es fiel creyente de que las personas con las que te juntas definen mucho de quién eres. “Procuro rodearme de gente que le guste hacer, que le apasione su arte, que le emocione trabajar conmigo o crear juntos o planear algo, o ver una pieza de arte y poder discutirla, esos son los amigos con los que más me divierto”. Además, también se encuentra en una etapa de su vida en la que finalmente está disfrutando de la Ciudad de México al máximo. Después de haber pasado sus años de preparatoria en Los Ángeles, regresó lista para disfrutar de la escena nocturna de la ciudad, de ir a lugares donde tocan música en vivo o en donde sus amigas DJs ponen el ambiente. Hablando de amigos y colegas, le gusta lo que a su generación de actores les está tocando interpretar a personajes más reales, perspectivas más diversas y situaciones que antes los medios no tenían normalizadas. Pero hablando de su generación en términos más amplios, a veces siente que le tocó vivir en una comedia apocalíptica pues todos viven preocupados por el futuro del planeta y la sociedad. “Es fuerte ir a la escuela y no poder hacer educación física por la contaminación” dice preocupada, pero también reconoce la paradoja de aceptar esta realidad y buscar la manera de cambiarla, “es una paz en el caos, entendemos lo que es, ya no vamos a fingir que todo está bien y que no pasan cosas malas, todos lo hablamos y lo compartimos para ver si generamos un poco de conciencia”.

Con serie en puerta y otras producciones de las que aún no nos puede contar más, Andrea está feliz de estar de vuelta en México, de regresar a casa, “no puedo apreciarlo más, porque me dio Rebelde, aquí empecé otra vez a crecer, me había ido, pero aquí era donde tenía que arrancar esta estrellita”.