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A un año de “Si me matan”, hablamos con Silvana Estrada de sus nuevos proyectos

Desde cómo comenzó su carrera hasta lo que tiene preparado para el futuro.
mié 09 marzo 2022 05:51 PM
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Silvana Estrada se dice cantora, es en realidad mucho más que eso, pues su talento musical le da muchos dones. Tampoco me gustaría llamarla solamente compositora, es una verdadera poeta. Escribe del alma y para el alma y después, lo canta.

La primera vez que vi a Silvana Estrada en vivo fue durante una cena en la que un fallo eléctrico interrumpió la música. Sin perder la calma, Silvana bajó las escaleras, caminó entre las mesas y empezó a explicar que la siguiente canción se trataba de una cumbia, nos pidió que repitiéramos un ritmo con las palmas y comenzó a cantar “Tenías que ser tú”. Es una anécdota que me gusta contar porque me parece la mejor manera de decir “así es Silvana”, poética hasta en su propia vida, va convirtiendo la adversidad en oportunidades. Antes de abordar la música como lo hace ahora, pensaba dedicarse al jazz, pero cuando le negaron la visa para hacerlo en Estados Unidos, su carrera dio un giro. Conoció a Natalia Lafourcade y su pasión por la música y la tierra donde crecieron, Veracruz, las unió. Después trabajó con ella como su corista durante ocho presentaciones en el Teatro Metropolitan y el resto es historia.

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Silvana creció en Coatepec en una familia dedicada a la fabricación de instrumentos musicales y se construyó su primera jarana a los once años. Pero en su búsqueda por encontrar su propia voz y definir su estilo musical, tocar la jarana la remitía automáticamente al son jarocho y terminaba por componer décimas o cuartas. Cuando lo intentaba con el piano le pasaba algo similar pero con el jazz. Así que se decidió por un instrumento inesperado en el que encontró completa libertad: el cuatro venezolano. Hoy lo llama el gran amor de su vida y su relación más sana. Con las tonalidades oscuras de este instrumento, Silvana compone pensando en la poesía, en aquellas obras que sin entender por qué te dejan llorando o con un hueco en el estómago, porque para ella este es el lenguaje más cercano al alma. En su canción “Sabré olvidar” dice que “el silencio no da opción cuando uno canta y este dolor se ha de esfumar en mi garganta”, y es por eso que en este proceso de entender al mundo a través de su propia música sus letras se presentan crudas, con dolor, con conciliación y con un golpe de realismo.

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En marzo de 2021, Silvana publicó la canción “Si me matan”, una carta abierta en donde expresa los deseos para después de su muerte si un día es víctima de feminicidio. Una canción que viene desde el hartazgo de la revictimización de las mujeres asesinadas que llegó tras reflexionar en que si un día fuera víctima podrían decir de ella cualquier cosa por el simple hecho de viajar sola desde los quince años, de tocar en bares, de vivir sola, de personificar a una “mala mujer”… Al plasmar sus miedos en papel y tratar de cubrir esa gran herida de la violencia de género con un poco de belleza logró que miles de mujeres se sintieran identificadas en sus palabras. Al día de hoy, el video de este performance suma más de 1.3 millones de visitas en YouTube y se ha convertido en un himno de las marchas feministas de México a Colombia. “Para mí es muy bonito ver que genere un espacio de identificación”, dice Estrada.

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Con esa gran capacidad de plasmar y provocar emociones, Silvana Estrada presenta Marchita, su más reciente álbum, que en el nombre lleva la dualidad de su autora. Marchita representa la inevitable sentencia humana del tiempo de que algún día habremos de ver morir las cosas. Pero he mencionado antes la capacidad de Silvana de perspectiva ante lo adverso, así que este proceso no debe ser necesariamente malo. En sus propias palabras “es un viaje que nace del dolor pero que avanza hacia la luz, avanza todo el tiempo hacia la sanación”. Es un álbum que habla de amor y desamor, aunque como dice ella, ampliando la foto se parecen mucho el uno al otro.

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Entre las nuevas puertas que se abre con Marchita, Silvana Estrada está por estrenar un mediometraje en el que todas sus canciones se convierten en metáforas visuales. Este proyecto surgió ante la incertidumbre de la pandemia y sin saber cuándo podría volver a dar un concierto, pero con la necesidad de ofrecer a su público la posibilidad de experimentar el álbum completo con todos los sentidos. Para su buena fortuna, los conciertos regresaron y en el momento en que estamos haciendo esta entrevista, Silvana se encuentra de gira por Canadá y Estados Unidos con más de veinte fechas planeadas. Cuando le pregunto qué siente me dice estar feliz de “poder volver a Estados Unidos como creo que el destino tenía planeado que fuera, de esta manera, con todo en orden, de gira con mi crew, haciendo shows con mi música, cantando las canciones en español que hice con tanto amor…” Confiesa que más allá del logro profesional, esto representa un triunfo espiritual pues así cierra un ciclo que había quedado abierto para ella.

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