Jordi Linares (JL): ¿Cómo fue tu primera lectura de guion cuando fuiste descubriendo cómo era Sebas?
Alejandro Puente (AP): Yo empecé a leer antes antes de que todos estuviéramos casteados, creo que fui de los primeros en castear, empecé a leer el proyecto y a Sebas, y dije “wow, qué agresivo, ¿qué está pasando aquí?”. Fue bueno que lo pude hacer por mi cuenta, yo solo, porque pude ir borrando preconcepciones y miedos que podría yo tener de interpretar a Sebas, y a la hora que tuve una primera lectura con todos los demás, puede hacer a Sebas de una forma mucho más honesta y desde un punto de vista menos crítico.
JL: Algo que me encanta es que justamente Sebas es el opuesto a ti. ¿Qué referencias tomas o en qué te inspiras para meterte en personaje?
A: Muchísimas. Creo, no sé si todos pero por lo menos yo, conozco un par de personas que me recuerdan a Sebas, que no es una en específico, sino un cúmulo de personas y de experiencias que me recuerdan a él, aunque sí hay una referencia… una pareja muy Pinterest, que es una chava y un chavo corriendo en la lluvia, dándose un beso, que aunque parecen no ser de Sebas, creo que es algo que Sebas quiere todo el tiempo, y él se siente como si estuviera en un post de Pinterest al principio de la historia. Eso me ayudó muchísimo a entender el inicio de Sebas.
JL: Grabar Rebelde, ¿qué recuerdos te ha traído de tu propia experiencia en la prepa?
AP: Mi prepa no era tan stylish, debo decir, pero yo sí. Entonces, ver las fiestas en especial y los uniformes, y las versiones de los uniformes, me recuerdan a cómo me vestía yo con mis amigos fuera de la escuela, cuando no me regañaban las prefectas o las madres de la escuela católica por traer mal la corbata o el pelo largo, íbamos a casa de alguien y nos vestíamos diferente. Eso es lo que a mí me recuerda... a ser rebelde fuera de la escuela.
