De acuerdo con The Sun, los guardias le permitieron el paso porque iba vestida muy elegante y tenía todo tan bien calculado que hasta consiguió que le pagaran el taxi en el que llegó. Una fuente le dijo al medio que: "Tenía una presencia bastante glamorosa y los guardias quedaron completamente cautivados por ella”.
La mujer estuvo rondando por los jardines y por la propiedad durante 20 minutos, y fue hasta que le preguntó a un trabajador dónde se encontraba el príncipe que notaron que se trataba de una intrusa y lograron detenerla. No solo eso, tuvo el descaro de asegurar que era su prometida y vivía con él.