Para la actriz, el hecho de ganar el Oscar fue abrumador, pues era demasiada atención de los medios y el público. "Fue el momento más extraño y surrealista. También estás un poco avergonzado de estar nominado a un Oscar y tienes el síndrome del impostor y piensas: 'Ni siquiera puedo creer que esto esté sucediendo'. Ni siquiera soy tan bueno. ¿Todos me odian?", recordó.

“Yo estaba como, 'Bueno, por supuesto, no voy a ganar, pero también es genial'", agregó. Por otro lado, no es que Gwyneth despreciara a quienes la felicitaban. "En Los Ángeles, todo el mundo me apoyó mucho", dijo Paltrow. "Recuerdo que gané y sentí que la marea cambió y había esta sensación de tener tanta atención en ti y tanta energía, fue realmente abrumador”.