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Ellas hacen cine: Natalia Beristáin

La directora de 'Los Adioses' ve en retrospectiva su camino en el cine, el feminismo y cómo sus personajes son un acto político.
mar 15 septiembre 2020 01:54 PM
Natalia Beristáin
Natalia Beristáin en casa, fotografiada por Nuria Lagarde para ELLE México

SEIS DIRECTORAS, FOTÓGRAFAS, GUIONISTAS Y PRODUCTORAS DE CINE MEXICANAS HABLAN DE CÓMO HA SIDO ABRIRSE CAMINO EN LA INDUSTRIA Y DESHACERSE DE LOS ESTEREOTIPOS EN TORNO A LA MUJER. ADEMÁS DE ABORDAR LA LLAMADA "MIRADA FEMENINA". ELLA ES NATALIA BERISTÁIN.

“No todas filmamos igual porque seamos mujeres” - Natalia Beristáin.

Natalia Beristáin lleva el cine en la sangre. Desde que se graduó a principios de los 2000 su único objetivo era filmar. En 2013 estrenó su primer largometraje, No quiero dormir sola, entre múltiples reconocimientos, le valió la nominación a mejor ópera prima, mejor película y mejor guion original en los Arieles 2014. Por su segunda película, Los adioses (2018), basada en las cartas de Rosario Castellanos a su marido, estuvo nominada al Ariel como mejor directora, entre otros méritos. Recientemente Netflix la invitó a participar en la antología de cortometrajes caseros durante la cuarentena, Homemade , donde comparte créditos con grandes cineastas internacionales.

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ELLE: ¿EN ALGÚN MOMENTO DE TU FORMACIÓN PENSASTE QUE ERA MÁS DIFÍCIL PARA LAS MUJERES ESTAR EN ESTA INDUSTRIA?

NATALIA BERISTÁIN (NB): Durante la formación no, después. Soy egresada del CCC y la mitad de la generación en la que estuve éramos mujeres. Crecí pensando que esa era la norma y luego salí al mundo real. He entendido, sobre todo en la televisión, que no es así. Me he encontrado con crews donde probablemente era la única mujer como cabeza de departamento o crews de más de cien personas en el set donde era la única mujer detrás de cámaras. Me ha tocado ser jurado de distintos apoyos y he visto que mis pares juzgan o les parece que un sueldo para una mujer es demasiado, pero el mismo para un hombre –de igual trayectoria, cantidad de películas y reconocimiento– no lo cuestionan.

ELLE: ¿EN DÓNDE RADICA LA IMPORTANCIA DE CONTAR HISTORIAS DE MUJERES DESDE UNA VISIÓN FEMENINA?

NB: Puede haber una trampa en esa aproximación. Me acuerdo de estar haciendo entrevistas después de presentar No quiero dormir sola, inmediatamente se empezó a encasillar como una película de mujeres, como si lo femenino fuera un género cinematográfico, y recuerdo que pensaba: "si fuera vato no me estarías preguntando cómo construyo personajes masculinos". Esa fue mi primera experiencia y lo he ido digiriendo. Hoy, a punto de filmar mi tercera película, sí se ha vuelto un acto político, soy consciente de decidir que los personajes femeninos son el eje central en los proyectos que quiero hacer. Me importa poner narrativas de personajes femeninos desde mi visión, que por ser mujer o por haber aprendido a ser mujer, es la que tengo y con la que trabajo.

ELLE: ¿QUÉ BUSCAS EN LA GENTE QUE FORMA UN EQUIPO CONTIGO?

NB: Creo en el trabajo en equipo bien dirigido y a pesar de que el cine tenga una estructura piramidal que permite la practicidad del trabajo, creo también en la colectividad. Busco a gente que tenga ese mismo espíritu, que su ego no sea lo primero que la mueva. He ido armando un canal de comunicación fundamental con Dariela Ludlow, la fotógrafa, y con Miguel Schverdfinger, el editor, con quienes he trabajado en mis dos pelis. Sí me importa que la mayoría de las cabezas de departamento sean mujeres. Creo que eso abre espacios y puertas para otras generaciones.

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ELLE: EN TÉRMINOS DE REPRESENTACIÓN FEMENINA, ¿CÓMO CREES QUE ESTÁ LA INDUSTRIA EN MÉXICO?

NB: El otro día hacía un listado de las mujeres directoras que hay ahorita. Mi único parámetro fue mujeres que hubieran filmado un largometraje, ni siquiera estrenado sino que hubieran pasado, por lo menos, por la cadena de producción; largo de ficción, animación o documental. Fue una lista que pimponée con amigas directoras y contamos entre ochenta y ochenta y cinco. Si lo comparo con cuando yo empecé a estudiar en 2002, no habrían sido ni la mitad. Por lo menos en el área de dirección ha habido un crecimiento exponencial, pero seguimos siendo minoría y se nos sigue encasillando. Veo a mis amigas directoras y las admiro y las respeto, pero entiendo que el cine que hace Tatiana Huezo no es el que hago yo, así como el que hago yo no es el que hace Mariana Chenillo. No todas filmamos igual porque seamos mujeres. Es una conversación que se está dando, está sucediendo, no hay una respuesta definitiva, sí ha crecido, se han abierto oportunidades pero es momento de tener cuidado y no caer en la trampa de la moda.

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