El proceso para lograr esta tendencia es mucho más tardado que cualquier otro tinte en rubio como suele ser el balayage o el ombré y de ahí es que viene el nombre de “rubio caro”, pues debido a que toma más tiempo, es más costoso. "Para lograr el look, se hacen tonos de luces muy finas y luces bajas para obtener la máxima dimensión y mezcla”, asegura Rex Jimieson experto en color del salón Maxine en Chicago.
A pesar de que el precio para lograrlo es bastante costoso, tiene una ventaja: no se necesita tanto mantenimiento como en el caso de otro rubio. La variación de color y la técnica valdrán la inversión, ya que crecerá con menos demarcación y se verá bien por más tiempo.