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¿Usas lo mismo una y otra vez? Bienvenida al placer del binge dressing

Cuando algo te encanta, no hay “demasiado”. Repítelo, exprímelo y úsalo sin culpa.
mié 24 diciembre 2025 03:24 PM
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- (Foto: IMDb, Clueless (1995))

De todas las muchas diferencias entre mi hermana y yo, la mayor es esta: su noción de la moderación. Ella la tiene; yo no. Puede disfrutar una sola cucharada de postre, hacer que una serie completa le dure más de un fin de semana y no gastarse el sueldo de un mes en cuanto cae en su cuenta bancaria. Donde ella está programada para racionar el placer, yo tiendo a devorarlo.

Esa mentalidad de todo o nada ha moldeado gran parte de mi vida, incluido mi guardarropa. No lo había notado hasta que mi hermana se dio cuenta de que pasé gran parte del verano usando la misma camiseta roja de The Row en repetición. “¿Otra vez?”, dijo. “¡Eres una binge dresser!”

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Tenía razón. Mi relación con la ropa es intensa y agotable. Compro algo que amo —algo que de pronto hace que todos mis outfits tengan sentido— y luego lo uso sin parar hasta que otra cosa me distrae. Al atracón le sigue, inevitablemente, la abstinencia.

No hay una fórmula fija para que una prenda se vuelva digna de atracón. Puede ser un vestido, un abrigo, unos zapatos o una bolsa. Puede ser cara o barata, clásica o absurda. A lo largo de los años, mis obsesiones han ido desde una tote Downtown de YSL hasta botas arriba de la rodilla de Totême, una gorra de los Dodgers, leggings de Vuori y, en algún momento, un vestido rosa de fiesta reservado para ocasiones especiales.

“Siempre recuerdo algo que dijo Jean Paul Gaultier”, cuenta Virginia Norris, cofundadora de la agencia de PR de moda Aisle 8. “Dijo que conservaba la ropa vieja porque era como viejos amantes.” Cuando consigue algo nuevo, Norris se obsesiona con usarlo de todas las formas posibles, disfrutando cómo refresca todo lo demás que ya tiene.

Clueless 2
- (Clueless)

Para que una prenda sea realmente digna de atracón, con un buen costo por uso, debe ser lo suficientemente especial como para enamorarte y, al mismo tiempo, lo bastante sensata como para funcionar con lo que ya tienes. Jordan Grant, cofundadora de la app de compras de lujo Mile, pone como ejemplo definitivo su bolsa de Alaïa con estampado dálmata. “Puedo estar en un pants gris y agregar esa bolsa —y ya es un vibe”, dice.

Para sacarle el máximo provecho a una compra de atracón, apunta desde el inicio a la pieza que de verdad quieres. La estilista de guardarropa Allison Bornstein recomienda saltarse las versiones más baratas que casi nunca se usan. “Nueve de cada diez veces, el dupe no satisface”, dice. Cuando se puede, conviene esperar.

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Cuidar tu ropa también importa. Llévala a la tintorería cuando sea necesario, protege los tejidos de las polillas, ajusta las prendas y repara las suelas de los zapatos. El cuidado alarga la vida —y el placer— de una pieza muy querida.

Sex and The City The Movie - 2008
Sex and the City le film (New Line/Kobal/Shutterstock/New Line/Kobal/Shutterstock)

Pero, sobre todo, sé emocional más que lógica. “La clave es comprar cosas que realmente ames”, dice Bornstein. “No cosas que solo cumplen con una casilla.” Sobre-racionalizar el guardarropa suele dar como resultado prendas que crees que deberías tener, en lugar de las que de verdad disfrutas usar.

Y si después del atracón llega la náusea, no te preocupes: rara vez dura para siempre. Las viejas obsesiones tienen la costumbre de reaparecer, redescubiertas y reamadas de nuevas formas, una vez que la siguiente “novedad” ya tuvo su momento.

Este artículo se publicó por primera vez en ELLE US .

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