La salida de Dario Vitale de Versace, efectiva el 12 de diciembre y anunciada apenas ayer, solo dos días después de que el Grupo Prada cerrara la compra de la marca de la medusa por 1.400 millones de dólares, confirmó que su llegada nunca encajó con la visión de Miuccia Prada y Patrizio Bertelli . Aunque se comunicó como una decisión “mutua”, la salida súbita fue interpretada como una corrección tras el cambio de propietario.
El contexto financiero tampoco era favorable: mientras Miu Miu registraba uno de los mayores crecimientos del año, Versace sufrió una caída del 15% en ventas y su primera colección primavera/verano 2026 tuvo opiniones divididas. La ausencia de Donatella en el debut de Vitale inició la sospecha de una falta de afinidad y de no tener el perfil adecuado para liderar una marca en plena reconfiguración.