Puedes ser la persona mejor vestida del lugar, la más bonita, la más popular o la más simpática. Pero hay un halago al que pocos pueden hacerse acreedores y que, al hablar de trendsetters, es el el más deseado, ser reconocido como una persona cool. ¿Y a qué se refiere exactamente esta palabra, cómo se obtiene y por qué importa?
Ser 'cool': qué significa, cómo serlo y por qué debería importarnos (o no)
He escrito antes sobre el poder del lenguaje para modificar nuestra realidad, particularmente al hablar de identidad sexual, pero nunca en todo este tiempo había reflexionado sobre el papel de la lengua al servicio de la moda. Muchos amigos me han preguntado el porqué París es la capital máxima de la moda y aunque existen muchos factores históricos para responder a esa pregunta (o para cuestionar esa afirmación), yo quiero agregar los factores lingüísticos.
En el argot de la moda tenemos dos términos franceses -ahora universales- que carecen de traducción, el “allure” y el “je ne sais quoi”. El primero, se refiere a la gracia, el atractivo, el porte y la seducción innata de una persona; el segundo, habla de una característica positiva tan esquiva que ni siquiera puede terminar de definirse, pero se vuelve precisa a través de la imprecisión, el “no sé qué”. Más allá del significado de estas palabras, el fenómeno que llama mi atención es el esfuerzo por demarcar un atributo inmaterial que se vincula directamente a la relación entre los humanos y el estilo.
Ahora pensemos en un término más popular, un anglicismo que se ha insertado en el lenguaje como parte de nuestro día a día: cool. Una palabra que aunque en su origen se utilizó para describir una sensación térmica, evolucionó para denominar a aquello que resulta atractivo para la moda. Así, sin más, nos es fácil comprender el significado de cool aunque nos perderíamos en interpretaciones al tratar de explicarlo. Y no me quiero poner pesado con la semántica, pero hay diferencia entre anteponer el verbo ser y estar a la palabra “cool”.
Que algo “esté” cool podría decirse de un ente material que obedece a las tendencias del momento, pero que alguien “sea” cool, nos lleva directamente hacia la persona que está creando esas tendencias. Una cualidad que habita en el Éter por su incapacidad de ser capturada, pero sin duda puede ser percibida, apreciada y sobre todo, perseguida.
¿En quién piensas tú cuando te preguntan por la persona más cool que conoces? A mí se me vienen a la cabeza Zöe Kravitz, Zendaya, Timothée Chalamet, Drew Barrymore en sus 20’s, Jim Morrison, Bianca Jagger, Caroline de Maigret, Alton Mason, Chloë Sevigny, Alton Mason y otros más. El primer pensamiento que tengo al tratar de desentrañar cuál el hilo conductor entre estas figuras que me hace considerarlos tan cool es su relación con la ropa… ¡ojo! que digo intencionalmente ropa y no moda, porque aunque sí, todos se han convertido en figuras de esta industria, ha sido el desenfado con el que se visten los que los ha hecho verse tan cómodos en sus looks. Basta con poner atención a sus looks off-duty, aquellos que llevan cuando “nadie los ve”, para entender esta conexión con lo que se ponen.
Ahora quiero que hagas el ejercicio de aterrizar aún más el factor cool y llevarlo hasta tu círculo más próximo. Piensa en las personas de tu entorno en quienes reconoces esta naturalidad de expresarse a través de su propia imagen. Es la amiga que llevaba el corte de pelo impensable antes de que estuviera de moda, el amigue que decidió que la ropa no tiene género antes de que una revista se lo dijera, el que te inspira a intentar un nuevo estilismo en tu próximo look porque se le veía bien o esa amiga que “por arte de magia” se ve mejor que todos en la reunión usando unos jeans y playera blanca.
Ser cool va más allá de la estética, ésta es en verdad solo la punta del iceberg. Ser cool se trata de la actitud con la que se navega la vida y lo que realmente nos atrae de estas personas a quienes le atribuimos “coolness” es la singularidad. Si tienen un radar para encontrar lo que “es” cool antes que nadie es porque huyen del mainstream. No forman parte de él porque lo moldean.
El factor cool se encuentra en la seguridad propia de escuchar la voz interior que te permite perseguir tus gustos e intereses sin estar sujeto a la opinión de terceros. Es la confianza en el actuar la que elimina las dudas en terceros sobre la validez de lo que haces. Ser cool no significa ser el más popular, el más seguido o el más hablado. Ser cool viene del poder de decisión sobre ti mismo. El factor cool se siembra y florece en uno de los atributos más difíciles de alcanzar en medio de la cultura de masas en la que vivimos: la autenticidad.