¿Cuándo y cómo –para cada uno de ustedes- se plantó la semilla de pasar su vida como artistas? ¿Hubo algún tipo de decisión/epifanía o evolucionó naturalmente?
N: Evolucionó de forma natural cuando era niña. Siempre buscando mis plumas, pinturas y Play-Doh cuando estaba aburrida o triste. Fueron mi escape, pero también mi laboratorio para entender y explorar. Mucho después tomé la decisión de continuar haciendo arte, aunque no había tantas opciones, era lo único que quería en ese momento.
H: Siempre estuve interesado en el sonido y la música, al inicio intenté hacer música con instrumentos para niños y cassettes. No había mucha música o arte alrededor cuando crecí, pero no estaba muy consciente en ese momento. Aún así nunca podría estar sin hacer melodías, eso lo he sabido desde hace mucho.
¿Dirían que hay una temática en su trabajo, cuál?
Siempre ha sido una exploración profundamente personal, una forma de entender el mundo, de darle sentido y sentirlo desde diferentes ángulos. Al expresar y crear tratamos de adquirir una comprensión de lo que nos rodea. ¡
¿Qué impulsa su práctica como artistas: intelecto, emoción, instinto, expresión, ambición...?
La necesidad de entender un acertijo que no tiene respuesta, el ansia de descubrir lo que estás buscando sin saber qué es y luego dejarte llevar por el proceso creativo con sus altibajos increíbles.