Hace solo un par de semanas,
(que se seguirá vendiendo hasta agotar existencias), el último modelo de iPod producido por la compañía tecnológica. Esta noticia marcó el fin de una era que todos recordamos con nostalgia, elevando al entrañable iPod y todos sus modelos antecesores, al estatus de pieza de colección.
Para aquellos que buscan hacerse de un pedazo de historia de la tecnología, si no es que aún tienen un iPod olvidado en un cajón por ahí, la casa de subastas
puso a la venta 310 iPods, pero no de cualquier tipo, los que pertenecieron a de . El diseñador alemán fallecido en 2019 tenía una enorme colección de alrededor de 500 iPods, cada uno cargado con música diferente.La leyenda del genio es cierta. En su biblioteca, el diseñador trabajaba incansablemente bocetando y coloreando con sombras para ojos su próxima colección para
, y mientras lo hacía, bebía Coca-Cola y escuchaba música variada en alguno de sus iPods. Cuando se le acababa la batería o quería cambiar de ritmo, simplemente cambiaba de aparato por otro que tenía anotaciones en etiquetas en la parte posterior.El tercer capítulo de la subasta de las pertenencias de
vendió la colección de iPods dividida en cinco lotes diferentes. Los lotes 40, 41 y 42 con 50 iPods nano (Shuffle) de sexta generación cada uno, fueron vendidos por el rango precio estimado de entre 3 mil y 5 mil euros, igual que los lotes 43 y 44 que contenían 80 iPods nano de séptima generación con pantalla.En 2004, cuando su colección apenas iba en 70 iPods,
dijo al medio británico Daily Telegraph que su idea de relajación era acostarse en su bañera y escuchar uno de sus iPods: “Tengo algunos blancos, pero muchos rosas y azules metálicos. Tengo todos los CD que he descargado. Me gustan los aparatos. Si me gusta algo, me gusta tener mucho. ¿Excéntrico? Tal vez. Pero solo sé cómo soy yo, no cómo son los demás. Nunca comparo, nunca compito", confesó el diseñador.