La primera vez que Francisco Cancino presentó su proyecto homónimo dejó clara su separación de la temporalidad. El hilo conductor que sucedía a sus colecciones eran los cuatro elementos, no las estaciones del año. Una vez concluidos estos cuatro episodios, ha decidido continuar con una tetralogía que esta vez estará inspirada en la poesía y las etapas de su propia vida: infancia, juventud temprana, juventud tardía y la actualidad.
Quienes conocemos el trabajo de Cancino sabemos que nunca ha carecido de poesía. Pero en esta ocasión, es la vena literaria que late en el sur del país la que sirve de su musa. La colección lleva el nombre de "Yuria", porque es así como Jaime Sabines se refería a su tierra natal (misma que comparte con Cancino), Tuxtla Gutiérrez.