Cuando comenzó la pandemia hace más de un año y nos recluimos en la comodidad de nuestras casas, jurábamos que así se vería y sentiría la "nueva normalidad": una vida en pants y pantuflas. Pero ahora que la estamos viviendo, nos damos cuenta de que no es totalmente cierto. Antes, la situación nos invitaba a refugiarnos, pero ahora solo queremos arreglarnos y salir a la calle.
No fue tan difícil adaptarse al estilo de vida casero, ni tampoco dejar atrás los zapatos formales para favorecer los zuecos , sandalias y todo calzado cómodo; pero todo tiene su punto de saturación, la gente ya se aburrió de estar tan cerca del piso, ha desempolvado sus tacones e incluso encontrado el equilibrio de dos mundos, como lo demostraron los tacones-Crocs de Balenciaga .