La belleza también está en las “imperfecciones”, en lo roto y en aquello que parece incompleto. Pomellato tiene el mejor ejemplo de ello con una colección hecha a partir de la restauración de gemas rotas y dañadas. Además este reciclaje es un movimiento súper sustentable en la rama de la joyería.
La marca italiana se inspiró en una tradición japonesa de restauración. Se trata del antiguo arte del Kintsugi y si no lo conoces, es una técnica fascinante, limpio y orgánico como todo lo japonés. Te contamos cómo transformaron todas estas gemas y piedras en la nueva colección cápsula.