(IR): ¿Qué tanta atención le ponías al tema de tu imagen cuando salías al aire? ¿Eras tú quien elegía tu vestuario?
LA: Por supuesto que le ponía atención al vestuario. No puedes salir a que te vean millones de personas y que no te importe cómo te ves, aunque ahora pasa. Veo a muchos chavos y chavas que de plano no se arreglaron para nada. Usan ropa fea, y antes, por lo menos en mis tiempos, sentía que tenía que salir lo mejor arreglada posible. Yo me vestí siempre, nadie me puso un vestuario, ni Televisa. Yo me pongo la ropa y los accesorios sola, hago combinaciones, y así ha sido toda mi vida. Tengo un vestuario bastante amplio.
(IR): ¿Todo lo que usabas en la televisión, venía de tu clóset? Muchos trajes sastres, muchos blazers. Recuerdo muchos colores pastel...
LA: Todo de mi gusto, mi bolsa y mi clóset. Me gustan los colores así y generalmente uso ropa sin estampados, más bien hago combinaciones de colores. En la televisión los estampados no se ve tan bien porque algunos hacen muaré.
(IR): ¿Eran dos clósets distintos, uno el de tu vida personal y otro el que salía a cuadro?
LA: No, era el mismo. Yo me vestía en la mañana, me bañaba, me arreglaba con un color que no me hubiera puesto el día anterior o un traje que no hubiera usado pocos días antes, me iba al noticiero, regresaba a mi casa con esa misma ropa y al día siguiente lo mismo. Tienes que tener memoria y saber qué te has puesto.
(IR): ¿Habías estado ya, en algún otro momento, sin tener el control sobre tu imagen?
LA: No, la verdad no. En estas fotos es la primera vez que me visten y me hacen lo que quieren. Que este arete, este collar, estos zapatos, todo. La primera vez. Lo disfruté. Fue muy cómodo no tener que pensar y que los chicos superconocedores te arreglen. Me cambié seis veces.
