Además, si tomamos en cuenta que los millennials y la Generación Z representan cada vez un mayor porcentaje de la población dentro de las oficinas y que ellos mismos fueron los que reinterpretaron el código “business casual” al cambiar los zapatos de tacón por zapatos flats y sneakers, entendemos que la caída haya sido aún más significativa.
Si a esos factores le sumamos que más personas apostaron por el estilo athleisure en los últimas temporadas y que tanto jóvenes como adultos dejaron de tener la oportunidad de salir a divertirse a bares, antros y fiestas y que las bodas, graduaciones, alfombras rojas y otros eventos formales se suspendieron por la contingencia, la caída en las ventas de zapatos altos tiene aún más sentido.
En cambio, de acuerdo con el analista de tendencias de calzado y moda, Beth Goldstein asegura que firmas de zapatos planos y cómodos como Dr. Martens, Crocs, Birkenstock y UGG se vieron beneficiados con la caída y con el confinamiento y aumentaron sus ventas considerablemente.