Dicen que uno siempre regresa a los lugares donde amó la vida, y muchas veces, ese confort y seguridad se encuentran en la infancia. En todos los aspectos, los primeros años son formativos. Pedro Almodóvar, por ejemplo, regresó a su niñez, a su despertar sexual y a explorar asuntos inconclusos en la relación con su madre para su última y más íntima película, dolor y gloria. El pasado se ha convertido en un lugar común constantemente revisitado como fuente de inspiración. La moda tampoco es ajena a la añoranza de la propia historia de sus creadores. Si lo piensas detenidamente, es irónico pensar que las referencias de colecciones que mueven masas vienen de una experiencia tan personal como la niñez. Como la llegada del circo a Macondo, Karl Lagerfeld llevó toda la pompa y esplendor de Chanel a su ciudad natal con el desfile Metiers D’art París-Hamburgo. Aunque el káiser declaró que el motivo real no era la nostalgia, sino la apreciación arquitectónica de la recién inaugurada Filarmónica del Elba; a nivel semiótico, este gesto se puede interpretar como un regreso al origen y una conclusión poética de su propia biografía. El eterno retorno a las raíces es una constante en el universo de las referencias.
Chanel en Hamburgo // Foto: Shutterstock En , podemos ver la constante influencia provenzal del lugar en donde que creció, pero particularmente, una eterna carta de amor y admiración a su principal musa, su madre, quien falleció cuando él era un estudiante de diecinueve años. Su colección otoño invierno 2020 lleva por nombre L’Année 97 (el año 97) como un tierno recuerdo de cuando él tenía solo siete años y realizó su primer diseño: una falda hecha de cortinas para su mamá que además usó para llevarlo a la escuela. Desde entonces, la figura materna se convirtió en el estandarte de la mujer Jacquemus.
Foto: GettyImages, Jacquemus Men SS20 Los juegos de niños son también más que eso, son el despertar de las pasiones y el descubrimiento de dones innatos que se desarrollarán más tarde. recuerda que ante la prohibición de sus padres de tener muñecas, su único aliado en el mundo de la moda era su oso de peluche, Nana, para quien diseñó la primera versión del distintivo brasier cónico que más adelante consagraría Madonna en los ochenta. L’enfant terrible ha plasmado sus memorias en un show de cabaret en París llamado Freak Show, que abre con botargas de osos de peluche tamaño real bailando en sus ahora icónicos corsettes.
Getty Images A diferencia de la prohibición de Gaultier, el diseñador mexicano , cuenta que de niño tenía muchas muñecas Barbie a las que disfrutaba comprarles ropa, accesorios y zapatos, pero en particular, hacerles diseños propios que creaba con papel. En especial con los capecillos rojos de las mantecadas por las posibilidades que ofrecían. Ahora conocemos el verdadero origen de los plisados en los diseños de Jester y a partir de hoy será imposible no pensar en pan dulce cada vez que veamos uno. Las experiencias de la infancia moldean la capacidad cognitiva para comprender nuestro entorno y definen la manera en la que nos expresarnos como adultos. Cuando Demna Gvasalia tenía doce años y estalló la guerra civil en la Georgia soviética, su familia se vio obligada a dejar el país para refugiarse en Düsseldorf, Alemania. Estas vivencias nos ayudan a comprender la estética de sus piezas: una reinvindicación de lo ordinario, lo trashy y lo popular en un mundo ajeno: una moda de la alienación glorificada. Gvasalia y Virgil Abloh han sido los encargados de abrirle camino a la moda urbana en la industria del lujo.
Getty ImagesEn el caso de Abloh, su infancia sucedió entre la escena del y el hip-hop en Chicago, y aunque la primera válvula de escape de su despertar creativo fue la música, la moda siempre lo acompañó. Para él, sus diseños han servido como vehículo para crear un diálogo entre el streetwear y la alta moda, un puente entre lo que fue y en quien se convirtió.
Foto: GettyImages, Virgil Abloh La peregrinación de Juan Preciado a Comala en busca de Pedro Páramo es una parábola más para trascender el pasado y hurgar más allá de nuestro principio, en aras de la comprensión de aquello que nos precedió. Para Francisco Cancino , llegó con la admiración de la indumentaria tradicional chiapaneca de la que creció rodeado. El diseñador recuerda que ante su curiosidad, preguntó a su mamá el por qué de esas piezas tan diferentes, únicas y exquisitas. “Parecían salidas de otra realidad y no que las habían comprado en una departamental”, y fue entonces cuando la respuesta de su madre cambió su vida: “ellas la hacen”. En ese momento se formó la idea de que precisamente eso es lo que quería hacer el resto de su vida y desde entonces, el trabajo de Cancino se ha desarrollado a partir de una profunda admiración por las prácticas artesanales.
Foto: Manuel Zúñiga, Francisco Cancino ¿Has pensado en el número de casualidades que hicieron falta para que llegaras hasta el punto en el que te encuentras hoy profesionalmente? Quizá la primera de ellas sucedió antes de lo que imaginabas. Puede ser que tu vocación se encontraba en aquella muñeca olvidada, la casa que dejaste atrás o la escuela añorada. y que dejamos salir cuando más felices somos.