El Grand Palais se convirtió en un bosque, podías sentir la humedad en el ambiente. Los árboles de la escenografía eran naturales, ¡tenían raíces!, al centro de la pasarela había nueve robles de 17 metros de alto y una docena de árboles de 11 metros detrás y las bancas (había 508) también eran de madera natural. Todos los árboles vienen de un lugar de tala autorizado en donde se siembran árboles para ser aserrados. Todo está pensado para ser reciclado, y se replantarán 100 árboles más.
Foto: Getty La inspiración está basada en los bosques durante el otoño. La como parte fundamental de Chanel. Pero en esta ocasión hubo otros tonos que predominaron como naranjas, rojos, verde pino, musgo y café.
Foto: Getty Unos días antes de la presentación pude ir a Lesage, donde se hacen los tweeds y las camelias de la casa y pude ver cómo hacían los últimos detalles de la colección. Foto: Getty Las siluetas elongadas y rectas con hombros cuadrados, mangas con holanes, cuellos altos y peplums en abrigos destacaron en la pasarela. Los prints se hojas en distintos tonos con detalles metálicos daban un a profundidad inigualable a cada prenda. Los vestidos en encaje, los abrigos con peplum y las chamarras puffer con pespuntes en tweed. Los pantalones amplios en piel metálica con acabado desgastado son mi prenda favorita.
Foto: Getty Los accesorios como siempre fueron un sueño. Hoy Lagerfeld presentó la nueva bolsa, la 31 (era parte del look de Kaia). Guantes de piel de colores, bufandas chunky, collares de perlas y sobretodo las botas metálicas a rodilla. Foto: Getty Esta vez vimos un Chanel más joven y propositivo pero con toda la elegancia y herencia la casa.
Foto: Getty ¡Bravo Karl! Foto: Getty