Recuerdo que cuando era chica, mi papá se sentaba en el comedor a escuchar música toda la tarde. El estéreo tenía un millón de botones con los que podías modificar el sonido y mil cosas más que yo no entendía y sinceramente, sigo sin entender, pero él podía pasar horas moviendo los botones hasta que sonara perfecto. Veinte años después, sigo sin ser experta en sonido ni tecnología, pero ya viviendo mi etapa de señora, me he dado cuenta de la diferencia que hace tener un buen equipo de sonido en tu casa.
Ya sea para escuchar Un Verano Sin Ti, o para ver la última temporada de Stranger Things, la experiencia es diferente si tienes las bocinas correctas. Sé que no es algo indispensable, pero si eres como yo y disfrutas mucho sentarte con palomitas en tu sala a ver una película, el equipo de sonido sí importa.