Hay momentos en que el acelerado ritmo vida de la ciudad y la hiperconectividad de nuestro celular, redes sociales y ¡hasta el mail! hacen que nuestro cuerpo exija desconexión. Es entonces cuando comenzamos a evaluar las opciones que tenemos cerca para regalarnos un fin de semana fuera y hoy quiero compartirte uno de los mejores planes para relajarte, descansar y ya de paso, también reflexionar. Estoy hablando del hotel El Santuario en Valle de Bravo, que, como su nombre lo dice, es un auténtico santuario para el bienestar y el mindfullness.
¡Qué paz! El Santuario es el hotel en Valle de Bravo más allá de la relajación
Las habitaciones
El Santuario está construido en una colina a la orilla del lago dentro de una reserva natural de un millón de metros cuadrados, por lo que no existe nada alrededor que pueda distraerte o perturbar tu tranquilidad. El hotel tiene exactamente 64 habitaciones porque se ha construido de acuerdo con los 64 hexagramas del libro sagrado chino I Ching que representan las 64 permutaciones posibles en el camino al conocimiento de uno mismo.
Cada una de las habitaciones tiene vista al lago y las montañas, y uno de los detalles que, personalmente, más disfruté fue que todas cuentan con una alberca interior privada desde donde puedes apreciar los espectaculares amaneceres de Valle de Bravo porque el agua siempre está templada.
¿Qué hacer en El Santuario?
Tan solo llegar e instalarme, mi primera actividad dentro de El Santuario fue una meditación con sonidos: cuencos tibetanos, instrumentos prehispánicos y flautas. Fue el kick off perfecto para entrar en el estado mental al que el mismo hotel busca que llegues, "un camino para concentrarse en el espíritu aquí y ahora". Pregunta por su extensa lista de actividades porque ofrecen clases de yoga, ejercicios con pranayamas o meditaciones guiadas que te llevarán a momentos de paz interior y reflexión.
Para disfrutar del lago, el personal del hotel se encargará de reservar la actividad de tu preferencia, ya sea un paseo en velero o lancha de motor, o bien, recorrer el lago en kayak. También podrás tomar el sol y disfrutar de sus albercas durante el día.
Y para que nada se interponga en tu fin de semana de desconexión, no es necesario que abandones el hotel en ningún momento. Puedes disfrutar de su restaurante Na-Ha ubicado en una de las terrazas del hotel con una espectacular vista al lago. Asegúrate de que tu visita incluya estancia en domingo para que pruebes su brunch dominical.
El Spa de El Santuario en Valle de Bravo
He mencionado muchas veces la palabra relajación al describir mi experiencia en El Santuario y no podría estar completa sin una experiencia de Spa. En tu agenda tiene que existir ese momento en donde te consientas a ti mismo con un masaje, tratamiento corporal o facial. Si estás indeciso entre cuál elegir, yo recomiendo el masaje Santuario, un tratamiento que combina técnicas de cráneo, sueco, shiatsu, reflexología y piedras basálticas en espalda.
También he mencionado cómo la experiencia del hotel tiene un enfoque holístico y algo que hace verdaderamente especial al spa de El Santuario es su oferta en terapias espirituales entre las que destacan la limpia chamánica, terapia de ángeles y armonización del aura. Pero en mi experiencia personal, la que es verdaderamente imperdible es el temazcal. Si nunca antes has estado en uno, este es lugar ideal para hacerlo por primera vez y si ya lo has experimentado previamente, este se convertirá en uno de tus favoritos.
Todos los espacios en El Santuario están pensados para el descanso y el encuentro contigo mismo. Algunas veces para reconectar es necesario desconectar y este lugar es mucho más que un hotel, es una auténtica experiencia.