Cuando hace muchísimo calor lo que más se me antoja es una cerveza y naturalmente, unos mariscos. Crecí en el norte de Sinaloa, en Culiacán para ser exactos y cuando lo digo siempre lo asocian con la carne asada y sí, hay toda una cultura de los taquitos de carne asada y se prende en asador en cada comida familiar, pero los mariscos son lo más presente. De entrada siempre hay mínimo un ceviche y un aguachile al centro. La carne dejémosla para Sonora.
Las carretas de mariscos abundan por el estado y hay toda una cultura alrededor de ellas. El marisquero es el protagonista y todo mundo lo conoce, "El Bohemio" y "Don Jacobo" en Culiacán, "Betos" en Mazatlán, la famosísima Curva de San Pedro o "La Güera" en la bahía de Altata. En Sinaloa sabes que donde te sientes, vas a comer el marisco fresco del día. Pero eso no pasa en la CDMX, donde mi primer instinto en unos mariscos es desconfiar, pero me he llevado buenas sorpresas así que tenía que poner a prueba Mi Compa Chava, que dice tener el estilo marisquero de Sinaloa.