Como un mexicano viviendo en París, confirmo que hay muchas inexactitudes en la serie Emily in Paris de Netflix, pero también debo reconocer que es fiel a la experiencia de choque cultural que experimenta un extranjero al llegar a esta ciudad, y en específico al resultado de mezclar Estados Unidos con la capital francesa, una fórmula inestable que garantiza buenas historias.
Es una clásica trama que ya han explorado (o vivido) escritores como F. Scott Fitzgerald, “El estadounidense en París es el mejor estadounidense” y Oscar Wilde, “Cuando los buenos estadounidenses mueren, van a París”, películas como Un americano en París (1951) o la cantante Joséphine Baker; así que la segunda temporada “Emily in Paris” es algo bastante predecible.