Luego del aterrador asalto que sufrió Kim Kardashian en París el pasado mes de octubre, la esposa de Kanye West aseguró que tendría un perfil mucho más bajo e intentaría no llamar mucho la atención. “No vale la pena, no me importa eso, no me importa mostrar lo que solía”, aseguró durante el programa de Ellen.

Lo prometido es deuda y Kim decidió llegar a la alfombra roja de la Met Gala con un sencillo vestido blanco de Vivienne Westwood, un make up look bastante natural y un peinado que todas nosotras lo podemos lograr en cuestión de minutos.

Por si fuera poco, Kim decidió permanecer poco activa en redes sociales pues, no subió mucho a su cuenta de Snapchat y reafirmó en su cuenta de Instagram que la prioridad que tuvo su look este año fue la simplicidad.