Al llegar, en el primer piso encontrarás una barra donde puedes consumir bebidas y disfrutar de algunos platillos, esta zona del lugar es mucho más tranquila que la que me interesa que visites. El ambiente y lo más divertido de Helena está subiendo las escaleras de caracol.

Conforme vayas subiendo los escalones, empezarás a sentir que la vibra cambia por completo. La decoración y la arquitectura inspirada en Tulum y el Mediterráneo se van haciendo más presentes a través de arcos recubiertos con Chukum, una resina que crece en la región de Yucatán y una técnica prehispánica que utilizaban los Mayas.
Ya que hayas acabado de subir los escalones te encontrarás con un espacio grande repleto de mesas y sillas de madera, lámparas colgantes, toques de verde en la decoración y las cortinas de henequen tejidas por artesanos mexicanos con una silueta de serpiente de yute en el centro cubierta por bambús, jugarán con tu mente; y por al menos unas horas te harán pensar que no estás en CDMX.
