Tan solo entrar al hotel ya olvidaste que estás en la Ciudad de México. Gracias a su patio central lleno de árboles y vegetación te transportas de inmediato. Al centro tiene una fuente que por las noches se enciende con fuego sobre el agua. Caminar por ahí o sentarte a tomar el sol en una de las banquitas es una actividad relajante. Eso sí, prepárate para un fin de semana de mucha relajación, porque sus camas son deliciosas, así que estás advertido que una vez que te acuestes no querrás salir de ellas.

El hotel cuenta con alberca, jacuzzi y gimnasio, así que empaca tu traje de baño. En esa área, encontrarás un menú especial diseñado por el Fifty ´Mils, el premiado bar del hotel, para que puedas pedir unos drinks mientras disfrutas del agua y el sol.