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Reinventando el círculo de la vida

What a journey!
sáb 05 septiembre 2020 08:00 AM

Época rara, ¿no? Creo que nunca pasé tantas horas en mi casa como en estos últimos 100 y tantos días… What a journey!, o al menos eso ha sido este tiempo para mí; un viaje de introspección, autoevaluación y lleno de recuerdos. Pensé en mi vida, en todo lo que pasé para ser quién soy, en mi casa, (la de Argentina y la de México), en mis muebles, mis costumbres, en qué estaba ocupando mi tiempo, en fin, un poco de lo que nos ha estado pasando a todos por estos días.

¿También te pasó? ¿No te pusiste a ver fotos viejas? ¿No encontraste cosas para hacer en casa? Quizás colgaste ese cuadro, arreglaste esa mesita, compraste flores, leíste un libro, criticaste tus muebles, etc; pero seguro que también bajaste el ritmo algunas tardes y te sentaste a tomar un café disfrutando del aroma.

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Desacelerar… ¿Será que de eso se trata todo esto? ¿Descubrir nuevas respuestas en lo cotidiano? Quizás sí, todo con el fin de reinventarnos. Personalmente, evaluar esto, es algo en lo que venía pensando desde hace un tiempo, y ahora veo porqué; se estaba formando una idea, que no decantaba, y que tiene mucho que ver con el inicio.

Prácticamente me crié en el taller de mi papá, un tipo inquieto, de mente creativa y manos laboriosas, siempre inventando algo, siempre construyendo algo. Mi casa de la infancia creció junto conmigo, por así decirlo, y por eso conservo esa sensación de que una casa tiene vida propia, crece junto con la familia, como si respirara.

Así fue mi niñez, una exploración constante. Imagínate tener a la mano un taller lleno de herramientas, ¡para mí era un mundo increíble! También leía mucho, con 8 años ya tenía carnet de la Biblioteca, y entre esas páginas me perdía por horas. Creo que por eso siempre estaba imaginando e inventando historias, y así aprendí, casi sin darme cuenta, sobre el poder de la imaginación. Esa crianza fue la génesis, pero el Diseño Industrial fue la puerta. Así que puedo decir que soy Diseñadora de profesión y creativa por naturaleza, de mente inquieta e imaginación fluida.

Entre tantas cosas que hice, con el pasar del tiempo, (y 12 mudanzas a cuestas), hubo lugar para la construcción, el diseño de mobiliario, la energía solar, la venta de propiedades y un roce fugaz con el mundo de la remodelación, proyecto por el que me decido volver a estudiar, pero la vida me preparaba una sorpresa, y una nueva mudanza cambiaría el curso de todo.

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Ya en México, retomo mis intenciones de estudiar, entre libros, niños, hogar, perro, y pandemia. Una noche en particular, diseñando un trabajo práctico para el Diploma en Diseño de Interiores de la revista ELLE Decoration , tenía que crear una marca personal; mientras el lápiz trazaba líneas, mis manos dibujaban huellas y mi cabeza planeaba, me encontré escribiendo sobre la búsqueda de la identidad. Ahí fue donde recordé las manos de mi padre y la idea finalmente decantó sola.

Y así, casi sin darme cuenta, el círculo se cerró y emprendí este viaje. Así nace “Taller Bilej”, el nombre del taller de mi padre, lugar donde todo comenzó y donde también, quizás, comenzó mi propia historia, una que mis hijos podrán seguir contando. Una historia sobre identidad y reinvención, para que el círculo de la vida siga su curso infinito, como hasta ahora.

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