Desacelerar… ¿Será que de eso se trata todo esto? ¿Descubrir nuevas respuestas en lo cotidiano? Quizás sí, todo con el fin de reinventarnos. Personalmente, evaluar esto, es algo en lo que venía pensando desde hace un tiempo, y ahora veo porqué; se estaba formando una idea, que no decantaba, y que tiene mucho que ver con el inicio.
Prácticamente me crié en el taller de mi papá, un tipo inquieto, de mente creativa y manos laboriosas, siempre inventando algo, siempre construyendo algo. Mi casa de la infancia creció junto conmigo, por así decirlo, y por eso conservo esa sensación de que una casa tiene vida propia, crece junto con la familia, como si respirara.
Así fue mi niñez, una exploración constante. Imagínate tener a la mano un taller lleno de herramientas, ¡para mí era un mundo increíble! También leía mucho, con 8 años ya tenía carnet de la Biblioteca, y entre esas páginas me perdía por horas. Creo que por eso siempre estaba imaginando e inventando historias, y así aprendí, casi sin darme cuenta, sobre el poder de la imaginación. Esa crianza fue la génesis, pero el Diseño Industrial fue la puerta. Así que puedo decir que soy Diseñadora de profesión y creativa por naturaleza, de mente inquieta e imaginación fluida.
Entre tantas cosas que hice, con el pasar del tiempo, (y 12 mudanzas a cuestas), hubo lugar para la construcción, el diseño de mobiliario, la energía solar, la venta de propiedades y un roce fugaz con el mundo de la remodelación, proyecto por el que me decido volver a estudiar, pero la vida me preparaba una sorpresa, y una nueva mudanza cambiaría el curso de todo.