Claro, hay diferencias no sólo de época y hasta de orígenes, sin embargo, al ver a Kate y a Meghan y los roces que se rumora que tienen, no podemos dejar de recordar Diana y Sarah, aquel squad de cuñadas reales que hizo las delicias de royal watchers, medios y todos en general. Empecemos por el final aunque suene paradójico: Diana y Sarah dejaron de ser amigas cuando la pelirroja dijo que le había salido una verruga en un pie luego de usar unos zapatos que lady Di le prestó. ¡Uf! Suficiente, la entonces princesa de Gales no soportó el comentario que, sin embargo, era muy de Fergie. Y de aquí podemos partir, ya que el carácter de la duquesa de York (conserva el título aunque esté divorciada de Andrés) siempre ha sido desenfadado, bromista, cool. Hasta su aspecto y no hablemos de sus looks cero sofisticados. Pero eso es lo que nos gusta de Fergie. Este contraste complementaba a la tímida (al inicio) y después segura y sofisticada Diana. Su amistad se remonta a sus años de juventud, cuando ninguna era prometida de los príncipes y hermanos más correteados de los años 70 y 80, Carlos y Andrés. Ambas frecuentaban los mismos círculos de niñas bien, nobles y de alta sociedad de Reino Unido. Diana por ser hija del octavo conde de Spencer y Sarah por serlo del coronel de caballería de la reina Isabel II y porque también tiene raíces aristócratas.
LONDON, UNITED KINGDOM - SEPTEMBER 15; Diana, Princess of Wales ,and Sarah, Duchess of York attend the 50th Anniversary of The Battle of Britain Parade, on the balcony of Buckingham Palace, on September 15, 1990 in, London, United Kingdom..( Photo by Julian Parker/UK Press via Getty Images ) Tan amigas eran que Diana (ya casada con Carlos en 1981) fue el cupido o al menos jugó un rol importante para que . Y ahí comenzó su dulce y cómplice historia de cuñadas reales. Jóvenes, guapas (cada una en su estilo), royals, tenían el mundo a sus pies aunque la que empezó a destacar por escándalos (infidelidad y gastos excesivos) fue Sarah. Pero sin problema, poco después Diana la “superó” y con creces. Vamos, hasta en eso fueron parecidas, compartieron penas, apoyo y se divorciaron con meses de diferencia, en 1992. Fergie y lady Di se frecuentaban y pasaban vacaciones con sus hijos. Se dejaban ver juntas y divertidas en eventos como Royal Ascot o en los conciertos de sus artistas favoritos que a la vez eran sus amigos, rock stars como Eurythmics y Elton John. Eran el equipo perfecto… hasta ese comentario desafortunado (y divertido, la verdad) de Fergie. En Finding Sarah, su autobiografía, Sarah dijo que lady Di era la persona que más la hacía reír. "Tristemente, al final no habíamos hablado durante un año, aunque nunca supe la razón, excepto que algo se le metió a Diana en la cabeza, y cuando esto sucedía, era casi imposible hacer que cambiara de idea". Aun así, Sarah estuvo presente en el funeral de su amiga en 1997, cuando definitivamente terminó su historia.
Carlos, Diana, Sarah y Andrés en Suiza en 1987. (Photo by Tim Graham/Getty Images) Hoy los están clavados como una espinita en nuestro ánimo, pero quizá en un tiempo y ambas con sus respectivos hijos, puedan crear una buena mancuerna aunque no sean íntimas. La historia de Kate y Meghan como cuñadas reales es diferente y apenas empieza: son plebeyas, se conocieron hace un par de años, tienen vidas, profesiones y gustos muy diferentes, sin embargo seguimos esperando gestos más afables entre ellas desde que asistieron juntas a la final de Wimbledon en junio pasado. ¿Por qué los esperamos? Porque son esposas de los príncipes más famosos y queridos, quienes además son hermanos y han demostrado su amor entre ellos y complicidad una y mil veces, incluso después de que William se casó y Harry siguió soltero ocho años más. Y, claro, porque las duquesas de Cambridge y Sussex tienen el precedente de un divertido y cómplice squad de amigas y cuñadas reales, lady Di y Fergie.
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