No es un rumor y nadie lo inventó. Fue la propia Khloé Kardashian quien reveló, en el más reciente episodio de Keeping Up With the Kardashians que se comerá su propia placenta una vez que dé a luz en primavera.
La noticia no fue tan sorprendente pues sus hermanas Kourtney y Kim hicieron lo mismo en 2015, cuando nacieron sus hijos Reign Aston y Saint West.
Bueno, no es que la haya puesto en un plato para devorarla; más bien, contrataron a la famosa partera Joni Lucarelli, quien no cocinó su placenta, pero sí la convirtió en píldoras que Kim consumió.
Según ha contado Kim a sus hermanas, obtuvo varios beneficios de consumir la placenta; por ejemplo, se sentía con mucha energía y no padeció de la depresión post parto. “Cada vez que tomo una pastilla, siento un pico de energía y me sientó bien y muy saludable".
Al parecer, no es tan descabellado eso de comer la bolsa que protege al bebé. Al menos la empresa de Lucarelli ha encapsulado cerca de ¡500 placentas! de distintas clientas, famosas o no.
El proceso de convertirlas en píldoras no es tan caro (cuesta unos $275 dólares) y de una placenta se pueden obtener de 100 a 200 cápsulas.