Courtney Gilberto, una mamá de 39 años que alguna vez interpretó a la “chica tie-dye” en la película Juego de Gemelas (1998), ve The Summer I Turned Pretty junto a su hija de 10 años. “Me recuerda al amor joven: ser deseada por varios chicos y sentirlo todo por primera vez”, dice. No es de extrañar que mujeres como Gilberto estén enganchadas a la serie: algunas leyeron los libros de Jenny Han cuando eran adolescentes, mientras que otras los descubrieron más tarde en la vida y nunca miraron atrás.
A mis 36 años, también soy una orgullosa fan de TSITP. Desde el estreno de la adaptación televisiva en 2022, la he visto una y otra vez, sonriendo frente a la pantalla y absorbiendo cada momento mágico. Incluso le puse a mi gata el nombre de su protagonista, Lola Tung. La serie toca un capítulo borroso y fragmentado de mi vida: una adolescencia marcada por el trauma, la neurodivergencia y emociones que nunca entendí del todo.
Hace años, en rehabilitación por un TOC severo, devoré los libros en cuestión de días, escuchando en bucle la playlist oficial del show en Spotify como si fuera una manta de seguridad. El mundo de Han me dio estabilidad cuando todo lo demás parecía desmoronarse. Algunos recuerdos persistentes se sentían frescos: reír en el centro comercial, colarse en fiestas en casas y hablar con chicos. Como la protagonista, Belly, recuerdo la primera vez que un chico se fijó en mí: lo emocionante y confuso que fue. No sabía lo que quería, solo que quería ser deseada. Durante mucho tiempo, esa mentalidad me mantuvo atrapada, con miedo a salir lastimada. Así que evité el amor en lugar de arriesgarme.